Fidget spinner, el juguete que obsesiona a los niños y que a ti también te enganchará

El ingenio es sencillo: un pedazo de plástico circular que se sujeta con dos dedos y sobre el que tres aspas giran a toda velocidad. Así es el fidget spinner, el último juguete de moda en los patios de los colegios que se ha convertido en el digno su

El ingenio es sencillo: un pedazo de plástico circular que se sujeta con dos dedos y sobre el que tres aspas giran a toda velocidad. Así es el fidget spinner, el último juguete de moda en los patios de los colegios que se ha convertido en el digno sucesor de los tazos de los 90 y que ha comido terreno al 'Pokemon Go'. Pero este artilugio está también envuelto por una polémica que parte desde las salas de profesores: muchos apuntan a que, más que un juguete inofensivo, es un trasto que distrae a los alumnos de sus tareas.

Por eso, la lucha está servida. Varios colegios ingleses y americanos han dado un paso adelante prohibiendo su uso en las aulas y en el patio, alegando que el ruido que producen es perjudicial para la buena marcha de las clases. Y todo mientras las ventas de los fidget spinner siguen disparadas, según de las cifras de prohibiendo su uso, y comienzan a colarse también en las oficinas y en los centros de negocios. Porque se vende con un producto que, lejos de distraer, fomenta la concetración y, además, libera del estrés y la tensión del trabajo. Por eso, cada vez más canales de Youtube ofrecen tutoriales para aprender a divertirse con ellos. 

El invento no es nuevo. De hecho, tiene más de 20 años. Su inventora, Catherine Hettinger, lo diseñó para jugar con su hija en los años 90, pero su decisión de no renovar la patente en 2005 le ha impedido recibir un solo euro de las ventas millonarias de su ingenio. Hettinger se muestra ahora asombrada de la repercusión de su fidget spinner, y prefiere no hacer declaraciones sobre su fallo al no haber calibrado la potencialidad de su juguete.

Lo cierto es que su dimensión era casi imposible de imaginar. Las empresas que lo comercializan lo venden incluso como una herramienta para tratar trastornos relacionados con el décifit de atención y la hiperactividad o, incluso, con el autismo, aunque ningún estudio científico apoya estas tesis, al menos por el momento.

¿Estaremos ante uno de los ingenios más importantes del siglo o será una nueva moda pasajera?