Es algo que todos sospechábamos. La dependencia que muchos tienen de su móvil no podía traer nada bueno, desde luego. Personas que todavía no han abierto el ojo por la mañana y estiran su mano para coger su smartphone de la mesilla. O que dedican los últimos 15 ó 20 minutos del día a darse un paseo por Twitter o por Instagram antes de apagar la luz, ya tumbados en la cama. Qué mala pinta tenía eso… Pues puede resultar todavía más preocupante: un equipo de científicos de la Universidad de Virginia Estados Unidos ha llegado a la conclusión de que esas personas que no-pueden-vivir-sin-su-móvil presentan rasgos característicos del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad Universidad de Virginia.

Era de esperar. A cuánta gente conocemos que interrumpe cientos de veces una conversación para atender al whatsapp, o que aparca por unos segundos cualquier tarea para meterse en Facebook o que camina por la calle pegado al teclado del teléfono. Rastreator elaboró el año pasado un informe que concluyó con esta sentencia: el 29% de los españoles de entre 18 y 24 años se declara abiertamente Rastreator, y lo utiliza una media de 5 horas y media al día. Pero el estudio de la Universidad de Virginia es más alarmante todavía.
El equipo del científico comportamental Kostadin Kushlev reclutó a 221 estudiantes de universidad y los dividió en dos grupos. Al primero le pidió que durante una semana pusiera su teléfono en modo ‘no molestar’ y evitase mirarlo en ningún momento, y al segundo le instó a estar permanentemente pendiente del móvil y tenerlo a su lado en todo momento. Pasada esa primera semana, invirtió las tareas a los dos equipos. Durante el proceso, fue estudiando el comportamiento de cada grupo, pidiéndoles que contestaran encuestas relacionadas con los 18 síntomas del TDAH. Y los resultados fueron alarmantes.

Porque se descubrió que las interrupciones constantes de los teléfonos móviles vuelven a las personas más hiperactivas y les hacen perder la atención en cualquier actividad. Esa dependencia nos hace cometer muchos más errores fruto de despistes, nos impide prestar atención a las conversaciones y nos vuelve más inquietos, nos empuja a hablar excesivamente y a interrumpir a los demás y nos impide permanecer sentados en un mismo lugar. Vamos, que nos pone de los nervios.
¿Significa esto que el uso desmedido del móvil nos hace padecer irremediablemente el TDAH? No, tampoco es eso. “Los smartphones pueden contribuir a los síntomas porque son una fuente rápida y fácil de distracción”, asegura Kushlev, el director del estudio. Así que, ¿ayuda esa dependencia a encaminarnos hacia el TDAH? Sí, sin duda.
Así que la próxima vez que eches mano del móvil para mirar la hora, lo guardes en el bolsillo y te des cuenta de que no te has fijado en el reloj, tal vez sea porque hay algo dentro de ti que te empuja a mirar el teléfono sólo porque necesitas tenerlo cerca. Y ahora, pregúntate: ¿cuántas veces has interrumpido la lectura de este artículo para mirar tu móvil?