La primera fase del desarrollo adulto, cuenta el investigador Robert Taibbi en una publicación para Psychology Today, en la que expone su modelo de las etapas de desarrollo de lxs humanxs, es la dependencia. Si bien la mayoría de personas abandonan esta fase poco después de la adolescencia, algunas de ellas “nunca tuvieron que pelear sus propias batallas y como resultado nunca descubrieron de lo que eran capaces ni desarrollaron la determinación que construye la confianza en sí mismos”. Eso provoca que continúen dependiendo de los demás para salir adelante. Que teman profundamente la soledad. Que no sean capaces de tomar sus propias decisiones y hacerse cargo de ellas.
Para la mayoría de la gente, esa dependencia de la infancia termina cuando, durante la adolescencia, entra en una segunda etapa de madurez que Taibbi denomina contradependencia. Siguen necesitando a sus padres para sobrevivir, pero ya no buscan su aceptación constante: tratan de demostrar su individualidad y lo mucho que se distinguen de ellos. Es una fase de rebeldía. Por desgracia, y como ocurría con la primera de las etapas, algunxs adultxs se atascan en la contradependencia y se pasan la vida construyendo su identidad a través de lo que no son y no a través de lo que son. En palabras de este experto, “siempre están luchando, sintiéndose ignorados, sintiéndose rabiosos”.
En el desarrollo normal de la personalidad, la contradependencia desaparece cuando entra en escena la independencia. Ya no te resistes a tus padres. Ya no buscas la aprobación de los demás ni tampoco enfrentarte a ellos como norma. Fluye tu verdadero carácter. No obstante, esta es una etapa en la que el dulce sabor de la individualidad te hace temer el hecho de volver a caer en la dependencia. Por eso tanta gente suele resistirse a tener parejas estables durante la veintena. El problema, una vez más, es que algunas personas no logran salir de la independencia y se pasan la vida temiendo las relaciones al verlas siempre como amenazas a su autonomía. Necesitan ser full autosuficientes.
Lo bueno sería que avanzaran hacia la fase más avanzada del desarrollo adulto: la interdependencia, cuando comprendes que, si bien eres tú quien manda en tu vida, “no puedes hacer todo por cuenta y puedes buscar ayuda en los demás sin que eso signifique que eres débil ni afecte a tu autoestima”. Has aceptado tu naturaleza humana. El hecho de que eres social y necesitas a otras personas, pero sin olvidar que puedes estar solx y que no dependes de personas concretas: si algunas se van, vendrán otras. ¿Estás atascadx en alguna de las etapas anteriores? Para Taibbi no es ningún drama porque puedes trabajar en terapia para avanzar. Solo necesitas identificar dónde estás y echar a andar.