Has estado toda la vida esperando este momento. Tú, que eres experto en encontrar de entre las estanterías el mínimo indicio que apunte que ahí, detrás de todos los cartones de puré de verduras, hay un trocito de chocolate esperando. Tú que te gastabas la paga en Kit Kat, Tokke y Kinder Bueno y que rabias de mala hostia cuando el último trocito de tarta tres chocolates se lo come otro. A ti, que tu fino y delicado paladar sabría distinguir, con los ojos cerrados, el chocolate puro, del chocolate negro o el chocolate blanco.
Buenas noticias. Tus plegarias han sido escuchadas. Ahora te van a pagar por ello.
El trabajo que los amantes del chocolate siempre soñaron está cada vez más cerca. Se puede decir que la distancia es de un click y un par de entrevistas desde que la empresa estadounidense Mondelez International, responsable de productos como Oreo, Milka, Lu, Mikado o Príncipe, quiere contratar a un probador profesional de chocolate. Un puesto con el que muchos habíamos soñado pero que, al menos hasta ahora, no creíamos posible.
El anuncio de la compañía está disponible en la red social Linkedin. Mondelez International especifica que se trata de un empleo a tiempo parcial, donde solo se trabaja de martes a jueves entre las 12.15 de la mañana y las 14.45 de la tarde, o sea, siete horas y media a la semana. Lo que no aclara la empresa es la remuneración que tendrá el afortunado que logre trabajar saboreando pastillas de chocolate con todo tipo de productos: galletas, avellana, nata, etc. Un trabajo que, en fin, muchos harían gratis.
Para conseguir este puesto idílico, Mondelez International enumera una serie de responsabilidades que deberá tener el aspirante, como ser capaz de probar chocolate, mezclas de cacao y dar una opinión honesta y objetiva o usar un vocabulario claro y preciso para valorar y describir los productos. El nuevo trabajador también tendrá que ser una persona hábil comunicando, con invención para pensar nuevos productos y con pasión por saborear la confitería.
Las oficinas en las que trabajará el empleado al que todos tendremos envidia están en Reading, una ciudad al sur de Inglaterra a medio camino entre Londres y Oxford. Si alguno está pensando en optar al trabajo tiene que darse prisa: la empresa ya ha avisado de que en el momento que reciba suficientes currículums puede cerrar la candidatura.
Chocolateros, a las armas.