Dinamarca La Quiere Encarcelar Por Luchar En Siria Y El Dáesh La Busca Para Matarla

Se llama Joanna Palani, tiene 23 años y ya sabe lo que es participar en una guerra, porque aunque había pasado gran parte de su vida en Dinamarca, a los 22 años 

Se llama Joanna Palani, tiene 23 años y ya sabe lo que es participar en una guerra, porque aunque había pasado gran parte de su vida en Dinamarca, a los 22 años decidió viajar a Irak y a Siria para luchar contra el Dáesh, también conocido como Estado Islámico, que es como se autoproclama, o ISIS, por sus siglas en inglés. Ahora, de regreso a su país se encuentra entre la espada y la pared porque la justicia danesa la mantiene detenida a la espera juicio por haber infringido una prohibición de volar fuera del país el Dáesh ha ofrecido un millón de dólares de recompensa para quien la mate.

La joven kurda iraní nació en un campo de refugiados de la ONU en Ramadi, en Irak. Sus padres y sus abuelos eran luchadores peshmerga -un grupo armado kurdo- que tuvieron que huir durante la Guerra del Golfo. Pero afortunadamente consiguieron llegar a Copenhague cuando ella todavía era una niña y allí se asentaron. Creció y se educó en Dinamarca pero también bebió de las costumbres familiares y con nueve años ya aprendía a disparar. Así que disponía de algunas habilidades que le iban a ser útiles para combatir al Dáesh y a los soldados de al Asad. Estos últimos, según explica en una entrevista concedida a Broadly, son mucho más peligrosos, porque "están muy bien entrenados y son maquinas de matar especializadas".

Pero Palani no es un caso aislado, cerca de 4.000 europeos han dejado sus países para irse a luchar en la guerra de Siria y en Irak aunque, a diferencia de ella, gran parte se han adherido a las filas yihadistas, según datos del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política -ICSR por sus siglas en inglés-. Además, teniendo en cuenta la población de Dinamarca, se puede considerar que es el segundo país europeo del que más combatientes llegan al campo de batalla sirio e iraquí, después de Bélgica. Por eso es un problema que le concierne y que intenta tratar desde diferentes flancos. Uno de ellos es a través del cerca de 4.000 europeos han dejado sus países para irse a luchar en la guerra de Siria y en Irakque pretende ayudar a excombatientes del Dáesh que regresan a Dinamarca a reinsertarse en la sociedad. Se les asignan mentores personales y se les ofrece asesoramiento psicológico y suele representar una alternativa a la cárcel.

Palani, en cambio, se enfrenta a una pena de prisión que podría ser hasta de dos años, según explica su abogada al diario británico The Guardian, por infringir las nuevas leyes de pasaportes danesas pensadas principalmente para reducir el flujo de jóvenes que se van a luchar a los conflictos de Oriente Medio. A ella se le había prohibido salir de Dinamarca durante un año para impedir que volviera al frente, pero desobedeció y viajó a Doha, a Qatar. Por eso le confiscaron el pasaporte y la tienen encerrada en la cárcel más grande de Dinamarca, a la espera de que el juez dicte sentencia.

Al mismo tiempo, Dáesh ha puesto precio a su cabeza: un millón de dólares para quién la mate. Es algo que los yihadistas suelen hacer para motivar la eliminación de sus enemigos. De hecho, recientemente se encontró una libreta con una lista de recompensas por diferentes personas, donde el precio aumentaba dependiendo del objetivo y de si lo grababan o no.