La Dirección General de Tráfico DGT anunció la semana pasada sus planes para seguir evitando accidentes en las carreteras. Entre las medidas que anunció en la rueda de prensa de balance de la siniestralidad vial de 2017 su director general, accidentes, se encuentra la retirada de permiso a conductores reincidentes en alcohol y drogas si lo dicta un médico, más radares y un examen para el carné de conducir mucho más estricto y completo que hasta ahora.
La DGT quiere reformar el modo en la que se enseña a conducir y, sobre todo, la manera de evaluar antes de obtener el carné. En este sentido, Serrano ha precisado que será imprescindible que los alumnos acudan a clases en una autoescuela para evitar "la avalancha de alumnos sin preparar que se presentan actualmente y que están colapsando las jefaturas". Una medida que, además, seguirá engrosando el negocio de las autoescuelas.
Por otro lado, se añadirá nuevo material para preparar el examen, nuevas materias de estudio actuales o la conducción con sistemas de ayuda como los navegadores.“Es evidente que hay que cambiar la manera de examinar, hay que introducir nuevo material, como vídeos, donde haya situaciones reales de tráfico y no sólo contestar ‘a , b y c’ en un test”, ha explicado Serrano. También se ha anunciado que Tráfico ofrecerá al estudiante un curso de previo de concienciación de los riesgos al volante.

Estas medidas se recogerán en la próxima Ley de Tráfico que la DGT presentará al Ministerio de Interior en febrero, después de que 52 grupos de trabajo hayan debatido durante el pasado año sobre los diferentes aspectos de la seguridad vial. Gracias a su trabajo y tras una temporada de huelgas prolongadas, Serrano ha explicado que también se ha decidido incorporar a 100 examinadores más, desarrollar planes de educación vial e iniciar campañas de concienciación sobre los colectivos más vulnerables como peatones y motoristas.
Por último, el director de la DGT ha concluido aludiendo a ese 1% de conductores que no conduce de forma sensata y que asciende a más de 300.000 conductores: "la única medida sería que todos cumpliéramos las normas". Un toque de atención sobre nuestra preocupante falta de preparación al volante y unido a una reforma necesaria, pero que dará mucho que hablar debido a la forma en la que será realizada. La polémica está servida.