En un país como España, donde hacer horas extras es el deporte nacional y se considera un ‘mal trabajador’ a alguien que cumpla su horario y no se dedique a calentar asiento, ¿es posible que te despidan por trabajar más de la cuenta? Pues eso mismo fue lo que le ocurrió a Jean P., el gerente de un supermercado Lidl en Barcelona, que empezaba a trabajar incluso con una hora de antelación y era, en opinión de sus jefes, 'demasiado diligente'. De una forma, digamos, bastante 'creepy'.
De acuerdo a su carta de despido a la que tuvo acceso El País, los motivos fueron: "preparar la tienda antes de su apertura al público, realizar pedidos, cambiar precios y reponer palés enteros de artículos sin haber fichado siquiera”.
Tras una investigación que llevó a cabo la multinacional alemana y la revisión de las cámaras de seguridad, se despidió a Jean por “incumplimientos laborales muy graves”. El gerente llegó a acceder al supermercado incluso a las cinco de la mañana y no fichó, y al hacerlo estaba vulnerando la ley por la que “cada minuto que se trabaja, se paga, y cada minuto que se trabaja debe quedar registrado”, de acuerdo a la carta de despido.
Además, Jean se dedica a arengar a otros trabajadores para que hicieran lo mismo y, obviamente, se negaron. El gerente está convencido de que su despido es improcedente y ha decidido llevar a Lidl ante los tribunales. Afirma que no ha obligado a ningún empleado a seguir sus pasos y que nadie le dijo que podía llegar "un poco antes para afrontar eficazmente la apertura", de acuerdo a la demanda que resume El País.
En fin, que un caso completamente surrealista para estas latitudes y que parece más sacado de una película japonesa que de una cadena de supermercados en Barcelona.