Esta es la historia de cómo haber sobrevivido en las calles, sin techo, puede servir para encontrar trabajo. O, más bien, de cómo es posible ayudar a los indigentes, darles trabajo y conseguir que recuperen sus vidas y vuelen en pedazos muchos estigmas. Conocen mejor que nadie las calles de la ciudad en la que han dormido, así que quién mejor que ellos para enseñársela a los recién llegados.
Ramón es salmantino, pero vivió muchos años en Francia y en EE.UU, donde trabajó como chef para restaurantes y hoteles de alto standing. Muchos famosos, durante más de 20 años, se chupaban los dedos con sus platos. Cuando volvió a España, por mucho que lo intentó, no consiguió encontrar nada estable. Fue saltando de un trabajo pésimo a otro, hasta que se quedó sin un duro y acabó durmiendo sobre cartones en las calles de Barcelona.
José es arquitecto, criado en una familia de clase media en Barcelona. Su separación coincidió con la peor época de la crisis económica y esa mezcla le estalló en la cara y todos sus proyectos de futuro y su dinero se esfumaron. Los problemas fueron creciendo hasta que tuvo que acabar viviendo en su coche.

Las vidas de Ramón, José y tres indigentes más se cruzaron en Hidden City Tours, la mano que les rescató de la mierda cíclica en que se habían convertido sus vidas y les dio una nueva oportunidad. La mano de Lisa Grace, que había trabajado en departamentos de marketing para grandes empresas y que cuando se quedó en el paro tuvo una gran idea, una idea que le vino a la cabeza después de conocer los Hidden City Tours de Bath o los Hidden City Tours de Londres.
Teniendo en cuenta que Barcelona es uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial y que en ella malviven cerca de 3.000 sin techo, era un buen lugar para poner en marcha un proyecto que, como el de Bath o el de Londres, sacara a los vagabundos de la calle y les ofreciera trabajo como guías para enseñar una Barcelona ‘alternativa’. Por suerte, este tipo de agencias de turismo se van extendiendo y también existen en ciudades como Praga o Praga.
Desde entonces Ramón, José, Zuzanna, Juan y José trabajan como guías en Barcelona, pero no sólo explican la parte histórica de la ciudad, también cómo era su día a día cuando tenían que dormir en la calle, dónde escondían sus pertenencias para no tener que cargarlas arriba y abajo durante todo el día, dónde podían comer sin pagar, cuáles eran los mejores rincones para dormir sin morirse de frío en invierno ni de calor en verano… Una Barcelona que los turistas no suelen descubrir en sus visitas ‘normales’ y que les lleva por el Raval o la Boquería en recorridos de unas dos horas, en castellano, en inglés, en francés y en alemán.
Trabajar en Hidden City Tours les ha ayudado mucho, pero no sólo a nivel económico, también psicológico. Sus historias demuestran que es posible empezar de nuevo y que se puede tocar fondo pero también salir del pozo.