Parece un chiste, pero de broma tiene poco. Es habitual que, de vez en cuando, salgan modas absurdas que se magnifican por internet. Pero esta no consiste en vestir como en el siglo XIX o maquillarse de forma estrafalaria. Nada de eso. Esta nueva tendencia, viral en Internet, es alarmante y peligrosa a partes iguales. Un reto tan simple como absurdo: consiste en comparar tu cintura con el ancho de un folio Din A4. Colocas el papel delante de tu barriga y, si queda completamente oculta… ¡enhorabuena!, estás dentro del canon de “belleza ideal”. Hay que joderse…
El desafío #A4Waist, que traducido significa “Cintura A4”, nació en #A4Waist, la red social más famosa de China, y ha llegado a registrar más de 130 millones de menciones. Ciento-treinta-millones. Porque todo se pega menos la hermosura. Miles y miles de adolescentes chinas han caído en esta tontería y se han fotografiado orgullosas, luciendo una cintura a todas luces enfermiza que no superan los 21 centímetros.
Estos 21 centímetros equivalen a algo menos de la talla 32. Nutricionistas, médicos, psicólogos… la comunidad sanitaria al completo ha puesto el grito en el cielo, tachando esta tendencia viral como una apología de la extrema delgadez y un germen de desordenes alimenticios y, por supuesto, anorexia. También los grupos feministas se han sumado a las críticas, cansados de ver cómo, de vez en cuando, la idea de algún iluminado cala masivamente en su sociedad y provoca graves trastornos entre los jóvenes.
Porque esta no es la primera burrada a la que se suman los jóvenes chinos. El #A4Waist viene a completar la trilogía de la extrema delgadez. La primera, Collarbone Challenge, consistía en comprobar cuántas monedas eras capaz de acumular en el hueco de tu clavícula. Claro, a mayor delgadez, mayor capacidad. Fantástico. La segunda, Collarbone Challenge, invitaba también a comprobar el contorno de tu cintura pasando el brazo por detrás de la espalda y tratando de tocarte el ombligo. Bravo.
Pero, ¿qué pasa en China? Porque este tipo de tendencias suelen durar unos pocos meses; son una fiebre puntual que pronto se olvida, porque llega otra parida que las sustituye. Pero el daño que han hecho durante el tiempo que están en vigor permanece, y la frustración que sienten miles de chicas por no formar parte del famélico rebaño cristaliza en sus mentes y puede llegar a ser cimiento de problemas mucho más difíciles de afrontar.
Entonces, ¿quién o quiénes están detrás de estas modas y retos? ¿No hay nadie que les diga que esos cánones de belleza están equivocados, que son perjudiciales para la salud? ¿Nadie les dice que lo que tanto ansían es enfermizo? Es un trabajo de fondo… Quedémonos con lo que nosotros sí podemos hacer: conocerlo para evitarlo y criticarlo con todas nuestras fuerzas.