Desde mandar todas las fotitos sexys que quieras, o escribir mensajitos en negrita y cursiva con un "Jódete, FBI" bien grande, o decir con total libertad y tranquilidad en tu grupo de Whsatsapp que te has descargado de internet toda la filmografía de Spielberg, hasta enviarle tu número de cuenta a tu madre sin que te diga "ay no, hijo mío, que nos espían". No limits.
A más de alguno os habrá salido ya el mensajito. “Las llamadas y mensajes enviados a este chat ahora están seguros con cifrado de extremo a extremo. Toca para más información”. Pues no hace falta que toquéis, que ya os contamos nosotros de qué va todo esto. Hablando en plata, esto significa que sólo el emisor y el receptor de los mensajes van a poder leerlos. Ni las empresas de telecomunicación, ni proveedores de Internet, ni Gobiernos, ni piratas informáticos… Nadie, absolutamente nadie, va a poder acceder los mensajes que enviemos.

Parece lógico que así sea, pero es que hay una historia detrás de todo esto. La decisión de los gestores de Whatsapp coincide con el final de la ‘guerra’ mantenida entre Apple y el FBI a cuenta de la protección de datos y el derecho a la privacidad en las comunicaciones. En resumen: la ‘guerra’ mantenida entre Apple y el FBI en este caso, para investigar a uno de los implicados en un tiroteo este pasado mes de diciembre en California, de tal manera de ellos pudieran acceder a la información de usuarios sospechosos de estar implicados en algún delito. Apple se negó, anteponiendo la intimidad de los consumidores y diciendo que, de cumplir con la petición del Gobierno, pondría en peligro la privacidad de todos los teléfonos. De nuevo, el dilema ético entre la seguridad y privacidad.
El caso es que “desde ahora, cuando tú y tus contactos uséis la última versión de la app, cada llamada, cada mensaje, foto, vídeo, archivo y mensaje de voz que enviéis, es encriptado punto a punto por defecto, incluyendo los chats de grupos”. Así lo explica Whatsapp en su web oficial. Lo único que hace falta para beneficiarnos del nuevo sistema es bajarnos su última actualización.
Pero la disputa entre los Gobiernos y las compañías continúa, y no sólo en Estados Unidos. Ministros europeos de Justicia y de Interior de distintos países abogan también por tener la posibilidad de acceder a móviles de sospechosos de terrorismo o narcotráfico. Aunque los expertos en informática aseguran que es un paso atrás, que las investigaciones de atentados y otros delitos demuestran que los asesinos no utilizan la tecnología porque saben que quedan expuestos, y que permitir a los Estados entrar en nuestros móviles supone una pérdida de libertades innecesaria.

En definitiva: a partir de ahora, los más de mil millones de usuarios de Whatsapp de todo el mundo podremos estar tranquilos y tener la seguridad de que nadie lee nuestros mensajes ni ve nuestras fotos.
Aunque eso sí, cuidado porque que esté encriptado no nos salva de novias y novios celosos con ganas de cotillear nuestras conversaciones… ¡Ojito!