Veces En Las Que Tendrías Que Decir No A Una Oferta De Trabajo

Vamos a establecer algunas situaciones y razones personales en las que no deberíamos aceptar esa oportunidad laboral que, parece, suena a la tierra prometida.

Tal y como está el panorama económico y laboral en España, resulta difícil tener que decir no a una oportunidad laboral, y sobre todo si el “afortunado” es un joven sin empleo.

Pero, sin lugar a dudas, una respuesta negativa a una oferta laboral tiene siempre una buena base. Imaginemos un empleo donde el salario es bueno, las tareas amenas y todo lo escuchado hasta ahora sonaba bien; ¿tendríamos que decir “sí” de cualquier manera? Es quizás el error de muchas personas, que más allá de la cuantía económica, al poco tiempo se dan cuenta de que han cometido un error.

Vamos a establecer algunas situaciones y razones personales en las que no deberíamos aceptar esa oportunidad laboral que, parece, suena a la tierra prometida:

La empresa tiene una mala reputación

Resulta interesante informarse antes en qué sitio nos vamos a meter, y salvo que nos guste estar enfangado en problemas o nos hayan contratado para arreglarlos, hay que huir de estas situaciones. Es importante preguntar si conocemos a alguien que haya trabajado en esa empresa así como interesarse de por qué se abre una posición, si por despidos, una fusión, huida masiva… esas cosas que hay que saberlas.


No existe rotación; no hay posibilidad de crecimiento

Sí, a veces el salario es alto e incluso la firma puede ser buena, pero debemos preguntarnos qué es lo que queremos hacer, y no solamente ahora, sino a medio y largo plazo, y para ello es atractivo depositar nuestro trabajo en el lugar en el que haya posibilidad de movilidad interna hacia otros puestos y lugares, y, por otra parte, capacidad de ascenso y crecimiento. De no ser así, podríamos estancarnos y lo que hoy es bueno y está bien remunerado, mañana podría ser una rémora.


No cabemos en esa cultura de trabajo

El clima laboral es de lo más importante para algunos trabajadores, por lo que no siempre se está dispuesto a cambiarse o aceptar un nuevo empleo. Imaginemos un empleo donde se cobra mucho y/o se trabaja poco, pero donde no hay comunicación ni feeling alguno con los compañeros, y donde el nivel de baboseo y masoquismo es alto. Además, recibir llamadas y mensajes del trabajo fuera del horario laboral, informalidad… huyamos como conejos.


Puesto sin ser cubierto hace tiempo

Existen ocasiones en las que un mismo puesto permanece sin cubrir durante bastante tiempo, y no por dejadez o desinterés de la empresa, sino porque no encuentran a nadie que quiera ocuparlo. Por esta razón, es preferible tratar de saber el origen de la vacante, ya que si hay un puesto que hace tiempo que no se cubre o donde ha pasado gente y se ha ido al muy poco tiempo, tenemos motivos más que de sobra para no fiarnos demasiado. Si es un puesto de baja movilidad y la vacante está siempre anunciada, duda.


Inexistencia de compatibilizar la vida laboral y personal conciliación laboral

Como decíamos anteriormente, el dinero no lo es todo. Quizás es preferible situarse en un puesto donde, aunque se cobre algo menos, la posición sea más estable, con ánimo de continuidad y donde la alta competitividad no lastre nuestra salud, es decir, buscar la comodidad.

Cada vez se valora más la conciliación laboral, que permita hacer nuestra vida de forma normal, que no ocupe nuestro hueco de bienestar y donde los beneficios sociales no salariales son bien valorados. Una elección entre comodidad laboral a menores condiciones y competitividad mayor salario y menos salud.

Crédito de la imagen: dickuhne