De no ser porque nadie pensó que ganaría el Brexit y ganó el Brexit y de no ser porque nadie pensó que ganaría Trump y ganó Trump, ahora los europeos podríamos estar tranquilos. La ultraderechista Marine Le Pen ha quedado segunda en la primera vuelta de las elecciones francesas y, en principio, el resto de fuerzas políticas se aliarán para pedir el voto para su oponente Emmanuel Macron. Pero, visto lo visto, nadie puede puede relajarse ni tú tampoco deberías, porque aunque te parezca que estas son solo unas elecciones gabachas que a ti no te afectan, estás muy muy equivocado, como te cuenta el presentador John Oliver en el programa que dedicó a este asunto.
El principio del Frexit
La líder del partido Front National, también es eurodiputada y está visceralmente opuesta a la Unión Europea. Lo que aspira es a volver hacia atrás, a eliminar la libre circulación, a recuperar el franco francés y el control de la economía. Es evidente que si llegara al poder, lo primero que impulsaría es la salida de Francia de la UE y eso, según los expertos, significaría el fin de la unión ya que es uno de los pilares principales junto con Alemania. Y para ti, directamente, supondría el fin del Erasmus, el olvidarte de mudarte a hacer prácticas a Ámsterdam y buscar trabajo en Berlín para ponerte las pilas con el alemán.
El auge del populismo
"Soy la voz del pueblo", decía Marine Le Pen la noche de las elecciones con un discurso ultranacionalista francés en el que básicamente dice: los de fuera nos roban, los inmigrantes son terroristas, los franceses solos nos bastamos. Unos temas que calan muy hondo en las zonas rurales, entre las personas sin estudios superiores y que nunca han salido de su casa. Es exactamente la misma batalla que ganó Trump en Estados Unidos y los partidarios del Brexit en Reino Unido. Enfrentando a las grandes urbes contra el miedo de las zonas rurales y todo el mundo subestimó la fuerza electoral que podían tener.
El voto contra el establishment y la corrupción
Es la primera vez en mucho tiempo que en Francia se quedan fuera de la segunda vuelta la izquierda y la derecha clásicas, que equivaldrían en España al PSOE y al PP. Los franceses parece que sí se han cansado de la corrupción de la derecha y la mala gestión de la supuesta izquierda y se han lanzado a las manos de dos fuerzas rupturistas. La de Marine Le Pen, que lo quiere mandar todo a freír espárragos y la del joven Emmanuel Macron, que sería lo más parecido a un Albert Rivera. Ambos dicen que no se identifican con izquierda ni derecha y que lo que vienen es a solucionar problemas. Es una tendencia que también se ha visto en España, de alguna manera, aunque todavía no lo suficiente como para desbancar a los partidos tradicionales.