En los negocios, al igual que en la vida, las relaciones sociales, los contactos y la personalidad son imprescindibles a la hora de arriesgar, captar la atención y conseguir éxito. A menudo tendemos a pensar que las únicas formas de conseguir ascender en el estrato social es mediante la lotería o arrimándose a alguien que ya esté bien posicionado; y, en buena parte, es así.
Habremos escuchado millones de veces que la vida nos devuelve lo que nosotros le damos, que nos tratarán tal y como tratamos a nuestros semejantes y que cada uno recoge lo que siembra, ¿verdad?
Bien, pues vamos a tratar algunos tips para mejorar en la sociabilidad, las relaciones y los contactos en el mundo empresarial. La base, como siempre, es tratar de criticar, quejarse y condenar lo mínimo posible, en pro de una conducta proactiva y aceptable. Además, como se suele decir, siendo sinceros y honestos podemos alcanzar cualquier cima, hecho que puede despertar un deseo de necesidad en los demás con respecto a nosotros:
¿Cómo retratarse como una persona agradable, dialogante y sociable?
- Muestra interés absoluto por los trabajos del resto de personas, con interés real y personal.
- Recordar el nombre de una persona es signo, precisamente, de interés. Es un detalle importante para alguien a quien acabas de conocer.
- Escucha y pregunta a los demás.
- Habla con naturalidad y deseo con cualquier persona.
- Hacer sentir a la otra persona que es importante, por insignificante que parezca, hace que el resto de personas te tomen muy en serio y sientan hacia ti dependencia emocional o no.
- Sonríe. Es nuestro mejor discurso.
En cualquier caso, es fácil y lo más habitual encontrarse con personas con una forma de pensar muy diferente a la nuestra. Ello no ha de significar confrontación o falta de acuerdo, sino que hay que buscar aunar pensamientos y puntos de encuentro.
¿Cómo podemos ganarnos a esas personas?
- Deja en todo momento que la persona se encuentre cómoda y en libertad.
- Hazle sentir a la otra persona que lleva el liderazgo de la conversación.
- Utiliza palabras positivas y neutras, nada de muros en seco. Nunca señales que la otra parte está equivocada.
- Intenta en todo momento ponerte en la situación e ideas de la otra persona. Los puntos de vista diferentes ayudan a captar todos los lados del cuadrado.
- Si la situación es de distancia total, evitemos sacar un tema que derive en discusión.
- Si no tenemos razón, admitámoslo. Y dejemos claro quién la tiene.
- Sé empático en todo momento con todos los planteamientos de la otra persona.
- Es importante apelar y dejar claros nuestros valores, creencias y limitaciones.
- Un desafío. No tiene por qué ser un ataque, sino una simulación de un verdadero reto. Hay que dejar ver que somos firmes, convincentes y seguros.
La caballerosidad tan perdida en estos días puede hacer, de alguna manera, cambiar a los demás sin comportarse de forma belicista ni generar rechazo. Actos como elogiar mejoras en el ajeno, dejar defenderse y defender sus argumentos, nombrar nuestros propios errores, realizar cuestiones en lugar de dar directrices. En resumen, discrepar no significa poder llegar a acuerdos, realizar intercambios de pareceres y, desde luego, construir negocios. Se trata, al fin y al cabo, de que dentro del campo de la divergencia podamos hacer a la otra persona sentirse importante, feliz y de acuerdo con nosotros.