Moverse por la ciudad en bicicleta está de moda. El objetivo es que dejemos el coche o la moto en casa para dar un respiro al planeta, que suficiente contaminado está. En los últimos años el uso de la bici ha aumentado en casi todas las ciudades españolas, y los ayuntamientos han puesto de su parte creando carriles especiales. Pero uno, ni hacemos un uso correcto de éstos y dos, no están bien situados, señalizados y no son respetados.

Por eso tenemos mucho que aprender de los países del norte como Holanda, en el que un paisaje sin bicicletas es impensable. En los Países Bajos, las bicis son tratadas como un vehículo más y tienen unos carriles muy marcados y claramente diferenciados; han de cumplir las normas de tráfico y si la zona asfaltada va en una dirección, irán en esa dirección. Y es evidente que ni se les ocurre subir a la acera junto a los peatones. Todo muy controlado, como debe ser. Las bicis respetan a la gente que camina por la calle y viceversa.
Tanto en Holanda como en Bélgica y Luxemburgo se tiene muy en cuenta a los ciclistas y es muy raro, pero mucho, que un ciudadano no tenga bicicleta. Es cierto que se trata de un aspecto de mentalidad que en España no tenemos, ya que la presencia masiva de bicis en las ciudades es relativamente nueva, pero también de RESPETO. Pocas veces en estos países habrá una discusión entre un ciclista y un peatón o un coche, aunque quizás eso de saltar a la mínima es algo que los latinos llevamos en la sangre. Y una manera de ser tan profunda sí que es difícil de cambiar.
Un trabajo conjunto
De la misma manera que tratan de concienciarnos de lo bueno que es ir en bici para el planeta y para nuestro bienestar, los ayuntamientos también podrían ponerse las pilas y crear mejores infraestructuras. Podrían tomar de ejemplo Eindhoven, que utiliza un sistema de luces LED en los cruces para avisar a los conductores de la presencia de un ciclista. Esta ciudad es un ejemplo, ya que también creó la rotonda colgante para bicis, lo que evita uno de los grandes problemas y miedos de los ciclistas.

También en Copenhague se han creado infraestructuras pensando en las bicicletas: un puente únicamente para ciclistas, con lo que no molestan a nadie. Algo parecido ocurre en Londres con las super autopistas cycle superhighways en inglés, un puente únicamente para ciclistas La ventaja que tienen estas ciudades es que llevan muchos más años que nosotros conviviendo cada día con bicicletas y tienen el concepto mucho más claro. Quizás dentro de unos años en España podemos decir que también respetamos a las bicis.

Pero como para todo hay excepciones, en nuestro país también se ha hecho algo bien. Fue en San Sebastián, que en 2009 convirtió un antiguo túnel de ferrocarril en uno para ciclistas. Con un kilómetro de distancia, une dos barrios de la ciudad y está cerrado de noche. Que tomen nota los ayuntamientos de Barcelona, Madrid, Sevilla, Zaragoza y todos aquellos que tienen una red urbana de transporte en bicicleta. Podemos tardar, pero siempre se puede hacer mejor. No solo debemos cambiar nuestra mentalidad sobre las bicicletas, los ayuntamientos también tienen que poner de su parte. No vale solo con promocionar el uso de la bici, que montar en ella ya sabemos hacerlo todos; hay que mejorar la calidad de sus vías. Solo uniendo fuerzas lograremos nuestro objetivo.