La Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, planea un gran impulso social deslegalizando el aborto a finales de año. ¿Qué implica eso? Sin duda alguna, un gran avance para todos y para todas, porque al menos permite la opción de elegir lo que quiere o más le conviene a cada uno. ¡Fuera ataduras! Cada uno debe ser libre de elegir lo que quiere hacer con su cuerpo.
Bachelet, que ya fue Secretaria Adjunta de la Mujer en la ONU, demuestra con esta medida que conoce lo que realmente le atañe a la mujer. No solo cumple con su programa electoral, sino que se diferencia de otros gobiernos en los que incluso las propias mujeres votan a favor de leyes que decidan por ellas mismas, como el caso de España. A finales de 2014, saldrá adelante esta ley que supone un gran avance en los derechos de la mujer, quienes podrán decidir qué hacer con su cuerpo en caso de riesgo para la vida de la madre, de inviabilidad del feto y de violación. Hay que ser sensatos: en ocasiones el nacimiento de un bebé puede poner en peligro tanto su vida como la de su madre. ¿Es necesario echar por tierra las dos? ¿En qué se sale ganando? ¿Acaso no es mejor paralizar el embarazo y buscar un momento mejor que garantice la viabilidad de todos los implicados? ¿Y si se trata de una violación y además el feto ya viene enfermo?
Pero, en el caso chileno, ¿por qué salimos ganando todos los Mileniales? Esta medida conlleva un progreso y una mejora de las condiciones sociales. Es un modelo a seguir para otros países que implica el poder elegir y ser dueñas del propio cuerpo. Ya no priman los principios religiosos, que consideran al aborto un ultraje. El aborto debe ser un derecho, no un privilegio. Tanto hombres como mujeres, padres y madres, se ven implicados en esta ley. Antes, muchas mujeres que querían abortar terminaban acudiendo a clínicas ilegales, pero a partir de ahora gozarán de unas condiciones más saludables y seguras. Es una decisión difícil para una madre, de eso no cabe duda, pero valorando todos los pros y contras es probable que el aborto sea la solución más ventajosa con el paso del tiempo.
Miles de chilenos ya han salido a la calle para manifestar lo que consideran un trato justo y la toma de una decisión que califican de innata al ser humano, aunque algunas asociaciones más conservadoras han salido en contra del aborto. Pero a ellos les lanzamos esta pregunta: ¿y si fueran ellas mismas? ¿o, y si fueran sus mujeres, sus madres, sus hijas, sus hermanas, sus mejores amigas...? ¿Lo verían con los mismos ojos? ¿Y aquí? ¿Qué pasa en España? ¿Quizás deberíamos tomar ejemplo de Chile?
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