Una de las fugas de prisión más rocambolescas de la historia reciente ha terminado con final feliz para el Gobierno de México. El presidente mismo, Enrique Peña Nieto, ha anunciado en su cuenta de Twitter la detención del narcotraficante Joaquín Guzmán Lorea, conocido como El Chapo Guzmán, que el pasado julio dejó en ridículo a las autoridades de su país y puso de manifiesto sus inmensas carencias al escaparse de la cárcel ante la vista de todos.
El Chapo consiguió salir de la prisión de máxima seguridad de El Altiplano por un túnel de 1.500 metros que se construyó uniendo su celda con el exterior. En seguida se hicieron públicas las imágenes grabadas por la cámara de seguridad del interior del habitáculo en las que se veía al presidiario acercarse a la zona de la ducha, levantar una trampilla y desaparecer por ella. El narcotraficante ha sido detenido en la zona de Sinaloa, al noroeste del país, de la que es originario y a la que acudió a refugiarse ya que el cártel que dirige ejerce un gran control sobre todos los niveles administrativos y sociales.