Imagínate que estás en la puta calle, que te mueres de frío y que los puntazos que sientes en el estómago, un hambre que te golpea hasta en el alma, te están amargando la existencia. Cuando parecía que tu vida no podía ser más jodida aparece un chavalín, de 19 años y cara imberbe, que te suelta un poco de dinero y un paquete de galletitas Oreo. Pero resulta que el amiguete no es un buen samaritano, sino que es un youtuber llamado Reset y que lo hace, única y exclusivamente, para grabarte, reírse de ti y monetizar los likes de sus 1,1 millones de followers.
Pues chaval, malas noticias para ti y los graciosetes como tú: el jueves la Guardia Urbana de Barcelona se puso las pilas y te denunció penalmente. De hecho, la cosa pinta bastante bien ya que, al parecer, podría suponer el fin de su canal en Youtube. Una mina de ‘brillantes’ ocurrencias aunque el ‘rota’ tenga menos luces que el guionista de los Teletubbies. Por suerte, el pobre señor al que humilló ante millones de personas de todo el mundo, está bien. Más allá de unas nauseas e indigestión, no tendrá más consecuencias para su salud. Además, el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona le ha ofrecido ayuda en cuanto a alojamiento y tratamiento médico.
Evidentemente, Reset intentó disculparse al entender que su carrera como influencer podría situarse en cuestión de días al nivel de mi tía María la del pueblo,y soltó una frase para enmarcar: “Al menos le di 20 euros, por lo que me sentí bien por ayudar a una persona que lo necesita, y unas galletas para limpiarse la boca”. Olé, con gente así de crack, y de sesuda, influyendo a la peña para qué matarnos estudiando una carrera, un máster, unas prácticas, etc. Digo yo, ¿no?
La pregunta aquí es: ¿Qué hacemos con un chaval que se está sacando tanta dinero con vídeos que enseña a los jóvenes a ser unos cretinos?¿Cómo debería ser castigado? ¿Vale con ponerle una multa? Supongo que lo que más rabia da es saber que, a pesar de que tenga que declarar ante un juez por el delito de trato degradante, lo más probable es que la cosa no pase de una sanción económica ya que no tiene antecedentes penales. Personalmente, lo primero que se me viene a la cabeza es que, en Estados Unidos y otros países, a los conductores que beben les meten en trabajos sociales junto a víctimas de accidentes.
¿Deberíamos meter a Reset un multazo y ponerlo a currar en un albergue para indigentes? A ver si viendo lo realmente jodido que es estar en la puta calle, con este frío y gente tan cabrona suelta por ahí, se espabila y trabaja un poco la empatía, porque me parece que, a lo mejor, resulta que es un poco psicópata. En fin, no creo que deba ir a la cárcel pero sí que molaría un poquito de ostracismo en la red. Que pruebe su propia medicina, ¿o no? A ver si entre todos erradicamos a estos especímenes de Youtube que últimamente crecen con más maldad que la mugre de detrás de la nevera. Desde luego, yo cuento los días para ver qué ocurre con Reset. Comparado con él hasta el ‘Cara Anchoa’ me da cierta penita. Si es que, o paramos esto ahora o se nos comen estas versiones baratas de ‘prankster’.
Desde luego, chapeau por AuronPlay porque, además de tener unos cuantos millones de neuronas más que este ser, ha sido uno de los primeros en censurar, y llamar gilipollas de paso, al señor Reset. Así que os invito, humildemente, a que sigáis el ejemplo de los jóvenes y youtubers que valen la pena que son muchísimos y que, en definitiva, comencéis a sudar de estos vídeos que no aportan nada: el humor mola, pero meterse con la gente NO.