Se acabó el blanco puro, limpio, sutil... aburrido. Porque, sí, compartir lo que estás pensando está bien, pero todo suma, ¿no?. El color dice mucho del estado de ánimo: el rojo para cuando te posee la ira homicida, el azul para cuando estás zen, el gris para cuando sólo tienes ganas de meterte en la cama y que el día termine de un vez… Y eso Facebook lo sabe porque Facebook lo sabe todo y, a partir de ahora, podremos dar un toque más personal a nuestros estados, eligiendo el color del fondo. Una nueva función para que recuperemos el interés por contar al mundo lo que nos está pasando, que algunos ya se estaban aburriendo y lo importante es mantener arriba ese ánimo.

¿Cómo hacerlo? Sencillo: basta con seguir contestando al clásico ‘¿Qué estás pensando?’ y decidirte por cualquiera de los 7 tonos que Facebook te ofrece. Amarillo, gris, púrpura, dos tonos de rojo y otros dos de azul, que se suman al clásico blanco. Una nueva herramienta “para ayudar a la gente a que sus mensajes sean más visuales”, según los portavoces de la red social, y que se suma a otras novedades como las llamadas de voz y vídeo grupales.

Por el momento, esta oportunidad de experimentar con el color sólo puede hacerse desde los teléfonos Android, aunque ya se trabaja para aplicarla también a los iOS. Todo con tal de darle la vuelta a los datos: desde 2015, la red social ha percibido que las publicaciones personales han disminuido un 21%, y los usuarios comienzan a limitarse a compartir enlaces a otros contenidos, perdiendo así el toque ‘familiar’.
Aunque lo cierto es que cada vez hay más vídeo y menos mensaje escrito, y aunque cada vez más personas se dejen conquistar por Snapchat y abandonen su perfil de Facebook, el equipo de Zuckerberg quiere reavivar el gusto por compartir tu intimidad, lo que te preocupa, te enfada o te divierte. Pero como todo en el gigante azúl tiene truco, quién sabe si se trata de un pequeño toque de color para volver a encender la magia o es otra estrategia para seguir engrosando el Big Data o ambas.

Crédito de la imagen: Aroha Llanos