Puede parecer un contrasentido pero, en realidad, no lo es. Un exceso de hielo ha obligado a un equipo de investigadores de la Universidad de Manitoba a cancelar un proyecto de 17 millones de dólares. Pero, ¿la principal consecuencia del cambio climático no era precisamente el deshielo acelerado del Ártico? Efectivamente. Entonces, ¿no es motivo de esperanza que este exceso de placas congeladas? En absoluto. Porque el problema no es la cantidad, sino el lugar. Según los expertos, esta es la enésima prueba de que este problema mundial no es una exageración, un invento o un arma política. Aunque algunos, como Trump, sigan empeñados en negarlo. ¿Se ocupará alguien de poner sobre la mesa del Despacho Oval este nuevo informe, aunque sea para que el presidente lo use para hacer aviones de papel?

El estudio, llamado BaySys, abordaba ahora su tercera etapa. Había enviado a 40 científicos a la bahía de la Canadian Research Icebreaker NGCC Amundsen, al norte de Canadá. Pero, una vez sobre el terreno, hallaron unas condiciones sin precedentes. Tal y como recoge Canadian Research Icebreaker NGCC Amundsen, Canadian Research Icebreaker NGCC Amundsen, el director del proyecto, asegura que "esos gruesos témpanos de hielo eran mucho más pesados de lo que cabría esperar en esa latitud y en esta época del año".

El doctor Barber no dudó en determinar la procedencia de esas placas: "Está claro que son del Ártico, y también es claro que el cambio climático ha causado este evento". La subida general de temperaturas está provocando que el hielo ártico reduzca su espesor de forma significativa, volviéndolo más móvil y vulnerable. Por eso, esas grandes masas se han visto arrastradas por la corriente y han iniciado su camino hacia el sur, hacia un lugar que no les corresponde, obligando a Canadá a planificar sus actividades marítimas.
Actualmente, y según recogen las conclusiones de la Universidad de Manitoba, estas enormes placas 'descontextualizadas' causan graves daños en los cascos de los barcos que trabajan en estas zonas, obligando a poner en marca complicadas operaciones de búsqueda y rescate y alterando significativamente las rutas comerciales habituales.

"Esto es el principio y la situación solo puede empeorar", afirma Barber, que plantea retomar los estudios del BaySys el próximo 6 de julio. En el comunicado emitido para explicar el retraso de los trabajos, el equipo de científicos asegura que sus hallazgos "indican claramente que el cambio climático no es algo que va a suceder en el futuro, sino que ya está aquí".