Fui azafato en Ryanair y te puedo asegurar que trata aún peor a sus trabajadores que a sus pasajeros

¿Quieres saber lo que es realmente Ryanair, esa a la que amas odiar, la que te vende asientos incomódos a precios de mercado negro?

El día que firmé mi primer contrato de trabajo no había cumplido aún 23 años y sentí que aquel era el último momento de mi juventud. Pero esta historia empieza 4 meses antes del momento en el que levanté el bolígrafo más pesado del universo; exactamente el 31 de marzo de 2015 en un lujoso hotel de Barcelona en el que se reunieron un puñado de jóvenes esperanzados y una delegación irlandesa que se presentaba bajo el lema “Low fares, made simple”. Ryanair.

¿Quieres saber lo que es realmente esa compañía a la que amas odiar, la que te vende asientos incomódos a precios de mercado negro y que conecta destinos improbables y rincones olvidados del mundo hasta permitirte ir de Santander a Charleroi?

Empecemos por lo elemental: Ryanair es una aerolínea de bajo coste irlandesa fundada por Tony Ryan en 1985 y opera por toda Europa, teniendo bases en la mayoría de los países del viejo continente. Para entendernos, la diferencia entre una base y un destino y eso vale para todas las compañías aéreas consiste en que una base es el sitio donde una compañía tiene sus oficinas, deja los aviones aparcados al final de un turno y es el punto donde las tripulaciones empiezan y terminan sus jornadas laborales.

Ryanair se encuentra en un momento de continua e incesante expansión: con más de 300 aeronaves es la aerolínea mas utilizada en Europa y, por eso, contrata muchos jóvenes, especialmente tripulantes de cabina, aunque no tengan experiencia laboral previa. La demanda es tan elevada que cualquier persona de escasas capacidades mentales tiene su buen 50% de posibilidades de ser contratada, siempre y cuando cumpla con unos requisitos muy mínimos como por ejemplo saber hablar inglés, no tener piercings o tatuajes visibles, saber nadar y tener una estatura entre Frodo y Kobe Bryant.

Proceso de selección

Se organizan recruitment days, es decir, jornadas de entrevistas a las cuales uno puede ser invitado después de haber cumplimentado un cuestionario en internet. Si te invitan que sepas que ya estás medio jodido, y lo peor de todo es que en aquel momento puede que te sientas un pequeño triunfador a punto de empezar la gran escalada hacia la gloria, como yo me sentí.

Después de la entrevista, si les has gustado y, créeme, tienen el listón muuuuy bajo empieza lo 'guay': invitación al curso de preparación y el momento de máxima tensión: la asignación de la base.
 Las bases de Ryanair suelen encontrarse en aeropuertos pequeños, malfuncionantes y lejanos del contacto con la civilización; que aún así ellos consiguen vender al público como aeropuertos principales. Seguro que alguno de vosotros habrá viajado a Londres Stansted y luego tuvo que tragarse casi dos horas de autobús para llegar al centro, lo mismo que pasa con Frankfurt Hahn, Milán Bergamo, Bruselas Charleroi, Estocolmo Skavsta y muchas más.

Antes de poder trabajar de azafato o de azafata tienes que terminar un curso de seis semanas, durante las cuales estudiarás unas 8 horas al día, más las prácticas. Al final tendrás que superar dos exámenes duros de cojones que aun así no dejan muchas víctimas.
 El curso es una experiencia a parte. Hay que decir que sales de allí preparado para trabajar, con muchos amigos a los que prometiste ir a ver sin saber lo que se te venía encima y con un montón de ilusiones que muy pronto se irán al garete junto con tus ganas de vivir.

El asunto empieza a apestar en cuanto te enteras de que tienes que PAGAR el curso de preparación unos 2.000 euros, ¿quién dijo crisis? además de PAGARTE el alojamiento durante el curso unos 700 euros, toma, la comida y todo lo que vayas a necesitar. Ellos solo te dan una cama en habitación doble y unos azafatos que se sacaron el diploma de instructor que te abrirán las puertas del infeliz mundo de la aviación civil.

 El centro de preparación principal y más usado está junto al aeropuerto de Frankfurt Hahn, un lugar en el medio de la selva al lado de un pueblo de unos 300 habitantes alemanes que te van a mirar con mala cara. Como cabe esperar, el alojamiento es una mierda que haría escapar hasta el Frankestein de Mel Brooks, al cual accede libre y pacíficamente todo tipo de fauna terrestre como ratas, gatos salvajes e incluso una vez un cervatillo.

La asignación de la base en la que uno trabaja es fundamental a la hora de determinar su indice de supervivencia en esta compañía. Si eres español o si no lo eres y te toca una base española o italiana puede hasta que te lo vayas a pasar bien dentro de lo que cabe. Pero, lógicamente, las bases con más capacidad son las bases británicas e irlandesas, y allí sí que te vas a arrepentir de haber nacido. Luego también hay casos extremos como la base de Estocolmo Skavsta, las de Europa del Este o la de Oslo Rygge, en las cuales básicamente tendrás que sobrevivir a los precios escandinavos con un sueldo que roza LA MITAD del salario mínimo sueco o noruego. Ah, y viviendo en pueblos desubicados con nieve, renos y agua helada sin ver la luz del sol durante mínimo 7 meses al año.

A mi me tocó una base alemana y en un principio la idea me pareció bien. Había estudiado alemán en la universidad por lo tanto pude defenderme con suficiente honradez a nivel comunicativo, pero al llegar el invierno me cagué en todos y cada uno de los átomos del universo que habían participado en que el destino me deparase vivir en este lugar. Debo decir que, aunque suene a paradoja, Alemania es un buen país para vivir. Seguro, civilizado, adelantado y con mucha oferta cultural. El problema es que, viviendo al borde de la sociedad vistos los horarios de trabajo improbables que tenía y teniendo piso en un pueblucho de mierda al lado del aeropuerto, uno no puede aprovechar las posibilidades que ofrece el país en el que está, así que, como prácticamente todos mis compañeros de curro, acabé encerrándome en una especie de mundo paralelo y el contacto humano fuera del trabajo se convirtió, en pocas semanas, en el gran desconocido de este cuento.

Sí, se cobra una miseria

Hablemos de dinero: Como cabe esperar, Ryanair paga una miseria, especialmente durante los primeros 8/9 meses, porque puedes optar por pagar el curso y el uniforme sí, ese uniforme de mierda fabricado con materiales sintéticos que si le prendes fuego podrías abrir un portal a otra dimensión por detracción salarial, unos 300 euros al mes hasta que saldes la deuda. Casi todo el mundo, yo incluido, opta por este tipo de pago, igual porque no suena bien que te lo paguen tus padres después de que ya por fin decidiste independizarte.

Además de ello, en la absoluta mayoría de las circunstancias, tendrás que pagar la seguridad social del país en el que trabajes más los impuestos irlandeses que es el país en el que tienes contrato y cuenta bancaria. Todo un lujo. Hubo meses que gané unos 600 euros. No es broma. 
El hecho es que si pueden no pagarte, no te pagan. Ryanair es la única compañía que paga a sus trabajadores por hora. Y si eres tripulante cobras por horas de VUELO. Es decir, durante un tournaound esa hora que te pasas desembarcando los pasajeros del vuelo previo para arreglar el avión, sacar la basura, controlar que nadie te haya dejado un recadito que haga tic-tac y embarcar los pasajeros del vuelo que vas a operar NO ESTARÁS COBRANDO y esas horas son las más duras de la jornada.

Solo cobras desde que el avión despega hasta que aterriza, tampoco cobras durante esos pocos minutos de rodaje. 

Como si no fuera suficiente, al menos dos días a la semana te los tendrás que pasar de stand by, es decir, no vas a trabajar pero estás localizable y puede que te llamen con tan solo una hora de antelación porque un compañero no se ha presentado en el último segundo. En ese caso tendrás que quedarte en casa todo el día con el móvil a mano, o por lo menos a no más de una hora de camino del aeropuerto, y ni se te ocurra no coger el móvil si te llaman, en ese caso sería una falta de asistencia y pesará mucho en tu expediente.

En esos días no estarás cobrando tampoco.

 El trabajo es durísimo. Uno se pega todo el día subiendo y bajando por esos 22 metros de cabina de pasajeros cumpliendo con las normas de seguridad, repitiendo las mismas mierdas inútiles a gente no siempre tan educada como cabría esperar y sobre todo MATÁNDOTE por vender la mayor cantidad de comidas/refrescos posible. 

Aquí viene otro punto clave: Ryanair basa una buena parte de sus negocios en lo que se vende a bordo a precios tan simpáticos como 3 euros por una botella de medio litro de agua, y la responsabilidad de ello lógicamente le viene encima a los tripulantes.

Al empezar a trabajar te entregan una especie de artefacto del demonio que es en realidad un móvil con un programa especial que te hace registrar tus ventas, y a finales de mes, a la hora de cobrar, TEÓRICAMENTE tendrías que recibir alrededor de un 10 por ciento de todos los cafés y las chocolatinas cancerígenas que habrás conseguido meter a fuerza por la laringe de tus pasajeros. Pero tranquilo, vas a ver muuuucho menos de lo que matemáticamente habrás conseguido.

 Las jerarquías Ryanair se basan en las ventas. El que más vende a bordo es el que obtiene el traslado molón de base a Canarias o a Sicilia, el que escala el muro social llegando a supervisor, sobrecargo, instructor, etc.

Eso hace que el clima laboral que se crea es de lo mas desagradable y competitivo, con un montón de veinteañeros ambiciosos que con tal de llegar a la cumbre sacrificarían a sus madres en algún ritual satánico y con otra buena parte de treintañeros desquiciados de la vida que se la pasan preguntándose qué han hecho mal para seguir allí vendiendo galletas a turistas.

Yo, llegó un momento que dije basta, exactamente 365 días después de haber firmado mi contrato. Tuve la increíble suerte de encontrar un trabajo mucho mejor en mi ciudad y por eso, mientras termino de escribir este artículo, miro mi maleta hecha y sonrío, joder si sonrío.

 Esto es un llamamiento, chicos. No os dejéis engañar por quien parece regalaros un futuro mejor sin esfuerzo ninguno para conseguirlo. Trabajar de azafat@ es muy interesante, conlleva mucha responsabilidad y te permite ver mundo, pero Ryanair se compromete desde un primer momento a que no te sientas insertado en esas lógicas. Siempre me pregunté por qué tanta gente dejaba Ryanair para ir a otras aerolíneas pero NUNCA nadie llegaba de otra compañía aérea a Ryanair. 

Por lo que a mí me concierne, me tomaré esta experiencia como la mili que se hacía hace años, y ya está. Y tú, ahora ya tienes una pequeña pincelada de lo amargado que puede estar ese tripulante que no te sonríe en el avión de camino a tus vacaciones baratas en algún rincón de la geografía europea.

 

 


*Código Nuevo se ha puesto en contacto con Ryanair para darle la oportunidad de rebatir estos argumentos y esta es la respuesta oficial de la compañía al artículo:  "Estas afirmaciones son falsas. En primer lugar, Ryanair sólo contrata personal de cabina altamente cualificado de los organismos de formación aprobados. La tripulación de cabina de Ryanair disfruta de unos términos y condiciones beneficiosas, que incluyen la seguridad del empleo, un acuerdo de 5 años de pagas recientemente negociado con aumentos salariales garantizados, unas jornadas laborales de 5 días trabajando y 3 días de descanso lo que equivale a un puente o fin de semana largo de descanso cada semana, grandes comisiones de venta que suponen un aumento más para la paga, formación gratuita y un pago anual para el uniforme de hasta 425€. Todo esto explica que actualmente tengamos una lista de espera de más de 3.000 jóvenes que quieren incorporarse al equipo de tripulación de cabina de Ryanair".