Parece el guión de un telefilm de domingo por la tarde. Pero esta historia demuestra, una vez más, que las pasiones humanas no conocen límites y que la ficción encuentra en la realidad su mejor fuente de inspiración. Todo sucedió hace ahora diez años y en un escenario más que cinematográfico: la NASA. Como protagonistas, Lisa Nowak, William Oefelein, astronautas, y la ingeniera Colleen Shipman. Entre ellos tres hubo una historia de pasión, infidelidad, infidelidad y venganza. Así fue la historia más truculenta jamás vivida en la agencia espacial estadounidense.

Lisa Nowak y William Oefelein mantenían una relación sentimental a espaldas del marido de esta. Vivían su amor furtivo entre escafandras y cohetes. Pero la chispa se apagó, al menos del lado de William, que dio por zanjada la relación para iniciar otro romance con la ingeniera Shipman. Lisa no encajó bien la nueva situación y decidió enfrentarse a su 'rival' sentimental.
Viajó en coche desde Houston, Texas, hasta el aeropuerto de Orlando, en Florida, donde sabía que iba a encontrarse con Colleen. Recorrió del tirón los 1.500 kilómetros que separan las dos ciudades. Una vez en Orlando, se preparó para sorprender a Colleen en el parking de la terminal, armada con un cuchillo plegable, una pistola de aire comprimido y un dispositivo para lanzar gas pimienta. Sus intenciones no pudieron llevarse a cabo por ser sorprendida por la policía momentos después de, según los relatos recogidos entonces por los medios, rociar la cara de su rival con el gas y de lanzar algunos objetos a un contenedor de basura.
El episodio le costó a Lisa su matrimonio y su expulsión de la NASA, además de una condena a dos días de cárcel y a un año en régimen de libertad condicional. Por su parte, William y Colleen se casaron tres años después y comenzaron una nueva vida en Alaska. Una historia que pasará a la posteridad como uno de los sucesos más singulares vividos jamás en el centro de operaciones especiales de Estados Unidos.