Cuatro millones de kilómetros cuadrados es la superficie que ya no está bajo el agujero de la capa de ozono la que absorbe el 97% de los rayos ultravioletas que emite el Sol hacia la Tierra. Y parece poco en comparación con el récord histórico de 25 millones de kilómetros cuadrados que llegó a alcanzar dicho agujero en el año 2000. Sin embargo, según ha dicho en una entrevista Emilio Cuevas, director del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, en Tenerife de la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, esa recuperación es todo "un éxito".
Ya hace 30 años desde que casi todos los países del mundo firmaron el protocolo de Montreal, que prohibía emitir los gases que destruyen el ozono atmosférico. Ahora, parece que las cosas empiezan a mejorar. Cuevas ha explicado que alrededor del 99% de las sustancias que afectan al ozono entre otros, los clorofluorocarbonos CFC que se usaban para hacer electrodomésticos o sprays, ya no se emiten a la atmósfera. De no haber sido así, ha añadido, el aumento de los los rayos ultravioletas debido a la falta de ozono hubiera hecho imposible la vida en nuestro planeta.
Por otro lado, Cuevas también ha revelado que el cambio climático ha tenido mucho que ver en la recuperación de esos cuatro millones de kilómetros cuadrados. El investigador ha explicado que las últimas investigaciones han concluido que existe una "estrecha" interacción entre este fenómeno y el gas ozono. Según ha dicho, el calentamiento global ha aumentado la temperatura de la superficie del planeta y, a la vez, también ha enfriado algunas capas de la atmósfera produciendo una fuerte corriente de aire caliente hacia los polos, cosa que convierte el oxígeno en ozono debido a la radiación solar.
A pesar de esta buena noticia, Cuevas ha pedido precaución debido a que en treinta años no se ha conseguido lo que se preveía entonces e insta a continuar trabajando.