Si algo saben los agricultores es que no hay nada peor que una sequía, ya que el agua es la fuente del progreso y de la vida. Las consecuencias de que no llueva son devastadoras y se traducen en hambre y miseria. En Guatemala, El Niño es un fenómeno climático que ha devastado las provincias del este. La acumulación de agua en los periodos de lluvia está disminuyendo a medida que se asevera la variación del clima; tienen épocas con inundaciones que provocan cuantiosos daños y ante la falta de infraestructuras este agua no puede ser almacenada.
Todas las comunidades de Centroamérica están sufriendo los efectos de la sequía, y desde la Red de Sistemas de Alerta Temprana para la Hambruna FEWSNET, han advertido que hay una alta probabilidad 90% de que el fenómeno de El Niño persista hasta marzo de 2016. Por ello, la PMA y la FAO se han puesto en alerta y están desarrollando planes de acción, tanto nuevos planes de preparación como de asistencia humanitaria, para invertir en infraestructuras que permitan cultivar a los campesinos y campesinas.
En Guatemala, la situación es cada vez más preocupante. Según UNICEF, cuatro de cada diez niños y niñas sufren desnutrición crónica, y en el caso de los niños y niñas indígenas aumentan a ocho de cada diez. Esto provoca unos efectos irreversibles en el desarrollo vital y les hace más vulnerables.

Cuando miramos absortos las noticias y vemos las grandes inundaciones de los países de Centroamérica o de las costas del Pacífico, no somos conscientes de la gravedad que suponen estos fenómenos y del impacto que ocasiona en países con deficiencia de infraestructuras. Durante una década, la ONU ha dedicado la campaña Decenio Internacional para la Acción 'El agua fuente de vida', a la actual crisis de agua y saneamiento. La campaña que termina este año ha puesto de manifiesto cómo la escasez de agua es uno de los principales desafíos del siglo XXI, y aunque no hay una escasez hídrica a nivel global, cada vez aumenta el número de regiones con niveles crónicos de carencia de agua.
En el planeta hay suficiente agua para abastecer a 7.000 millones de personas, aunque esta está distribuida de forma desigual o, como apunta la ONU, "de forma irregular". Ello debe ponerse en foco ya que, si no se le pone remedio, el agua provocará conflictos globales en el futuro.
Y el agua que tiramos o malgastamos en Occidente podría salvar millones de vidas. El cambio está en nuestras manos. Está en tus manos.
Fuente mapa: "Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo". Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos WWAP. Marzo de 2012.