Una Agencia De Modelos La Recogió De La Calle Y La Subió A Las Pasarelas

A los 15 años, Lorna Tucker comenzó a vivir en la calle, drogándose y pidiendo dinero. Esta chica de Hertfordshire, un condado del sureste de Inglaterra en el que creció

A los 15 años, Lorna Tucker comenzó a vivir en la calle, drogándose y pidiendo dinero. Esta chica de Hertfordshire, un condado del sureste de Inglaterra en el que creció, escapó de su casa, donde vivía con su madre y sus cuatro hermanos, siendo una adolescente después de que la relación con su familia se rompiese. Fue dos años después, mientras mendigaba en la estación londinense de Charing Croos, cuando una agencia la vio y descubrió como modelo. El encuentro cambió la vida de Tucker que, desde entonces, ha trabajado para marcas como Levi's y ha sido retratada por fotógrafos de la talla de Steven Klein y John Rankin.

Lorna Tucker, que ahora tiene tres hijos y lleva más de siete años desintoxicada, también trabaja como cineasta. Sus últimas películas han sido Ama, un documental sobre los abusos de la esterilización en mujeres nativas de Estados Unidos producido por el ganador del Oscar Colin Firth y por Ged Doherty, y Westwood, que relata la vida y los tiempos de Vivienne Westwood, la principal diseñadora asociada al punk. A pesar de su recuperación, Tucker dice que recuerda muy bien cómo es no tener casa: "Quiero que la gente entienda y apoye a alguien que ha estado en un lugar oscuro, o ha sufrido una enfermedad mental, o ha estado en estos extremos y está regresando. El estrés postraumático por la falta de vivienda es una gran parte de la rehabilitación", dijo a The Independent.

Fueron sus años como indigente y drogadicta los que empujar a Tucker a apoyar la labor del Centrepoint Young and Homeless Helpline Centro de Ayuda a Jóvenes Sin Hogar para echar una mano a personas que han pasado por las mismas adversidades que ella. "Es muy complicado pasar de no tener una casa a rehacer tu vida con unos valores", se sinceró con el medio británico.

Su historia de superación no fue sencilla. A pesar de la oferta de la agencia de modelos, Tucker tardó años en rehacer su vida. Al principio, enganchada a las drogas, desechó la idea, pero poco a poco fue creyendo que podía salir de la calle. La ayudaron sus amigos, su familia y varios profesionales para que entrase en rehabilitación. El progreso se vio rápido: Tucker logró una plaza en una escuela de arte y un año después la fichó otra agencia de modelos, con la que ha desfilado en pasarelas de Londres, París y Milán.