Los alimentos transgénicos, creados artificialmente manipulando sus genes, no son un peligro futuro, sino que son una amenaza presente en expansión, especialmente en nuestro país. Llevamos 17 años cultivando transgénicos comerciales en España y nadie, hasta al momento, sabía exactamente dónde se cultivaban ni cuál era la superficie cultivada. ¿Por qué el Gobierno esconde los datos si los cultivos y los alimentos transgénicos no son un problema?
España es el único país de la Unión Europea donde se cultivan transgénicos a una escala importante, según la ONG Greenpeace. Las estimaciones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente dicen que en 2014 se sembraron 131.537,67 hectáreas de alimentos transgénicos, sin embargo Greenpeace prefiere solicitar la información directamente a los Gobiernos de las comunidades autónomas, con la que ha creado este mapa, el primero que se realiza de estas características:

Este mapa hace referencia al cultivo de 2014 de maíz insecticida denominado MON810, el único transgénico autorizado en la Unión Europea para cultivo comercial. Un total de 400 municipios cultivan maíz transgénico puntos rojos y un total de 180 municipios se han declarado Zonas Libres de Transgénicos puntos verdes, como por ejemplo Galicia, con solo 4,26 hectáreas sembradas, La Rioja, con 8,33 ha, o la Región de Murcia, con 17,88 ha. Greenpeace considera que en todos los municipios deberían eliminarse los cultivos de maíz transgénico, porque no son necesarios ya que las producciones son iguales o inferiores a las del maíz convencional y la plaga que pretende combatir el maíz transgénico no provoca tantos daños como se quiere hacer creer.
Cómo nos afectan los alimentos transgénicos
Muchos estudios han revelado que se desconoce qué consecuencias tendrá a largo plazo la ingesta de alimentos transgénicos, genéticamente modificados, en nuestros cuerpos. Existen muchas preguntas, pocas respuestas y de vez en cuando algún escándalo que arruina la vida de personas y animales, como el Mal de las vacas locas o la Gripe aviar. Pero se ha comprobado que el consumo de transgénicos afecta directamente a nuestros organismos de las siguientes formas:
- Alergias: Las alteraciones en las proteínas de los alimentos pueden generarnos reacciones alérgicas. Por ejemplo, muchas personas consumidoras de soja han desarrollado alergia a las nueces de Brasil la soja está alterada con genes de la nuez de Brasil. La alergia es una reacción del organismo humano en contra de una proteína extraña a él.
- Transferencia genética y resistencia a los antibióticos: no se sabe qué efectos pueden producirse en nuestros organismos al introducir en nuestro tracto intestinal genes o células de bacterias, por ejemplo, resistentes a los antibióticos.
- Toxicidad: la transferencia genética de ciertos seres da lugar a otros seres tóxicos. Es decir, para hacer que un alimento sea resistente a una bacteria, se altera para que genere una toxina que lo mantenga a salvo, pero, ¿qué efectos tiene esa nueva toxina en nuestro organismo o en el medio ambiente?
- Liberación de seres alterados genéticamente a la naturaleza: puede producir cambios irreversibles en especies, puede producir bacterias y enfermedades más agresivas y resistentes.
Cómo dañan los transgénicos al planeta
- Solo diez multinacionales controlan casi el 70% del mercado mundial de semillas, lo que significa que los agricultores tienen poca capacidad de elección.
- Los cultivos transgénicos no alimentan al mundo. El 99,5% de agricultores no los cultivan.
- La agricultura industrial usa fertilizantes sintéticos y agroquímicos que contaminan nuestros suelos y aguas, recursos necesarios para producir alimentos sanos ahora y en el futuro.
- El excesivo uso de fertilizantes de síntesis en la agricultura industrial contribuye al agravamiento del cambio climático.
Fuente: Greenpeace