Cuando empiezas un proyecto de cualquier tipo y condición, necesitas una buena dosis de motivación para sacarlo adelante. Aquí te damos unos cuantos consejos que te pueden ayudar a conseguir esa fuerza extra que separa el éxito del fracaso.
Busca una inspiración
Fuentes de inspiración hay muchas: desde una persona que nos transmita unos valores o simplemente un coach, hasta un libro o una película.
Identificar la barrera
Hay que identificar cuáles son las resistencias que nos impiden mejorar, es decir, estudiar bien cuáles son aquellos miedos, inseguridades y barreras que nos bloquean y nos desactivan. Tan importante es encontrar el muro que no separa como estudiarlo y establecer un plan para eliminar las dificultades, así que toma conciencia y pon atención en aquello que te está lastrando.
Tus prioridades son tus necesidades
Piensa por qué no estás plenamente satisfecho; necesitas desgranar qué es lo importante, lo urgente y lo que te interesa. Hay que prepararse para cambiar y enfocarte en aquello que te gusta, ya que cuando nos centramos en lo que nos gusta nos resulta más fácil avanzar.
Haz una guía
Un planning, unas indicaciones… que todo quede perfectamente definido y estructurado, de forma que podamos consultar en caso de duda u olvido. No hace falta que sea complejo, pero sí es importante que disfrutes haciéndolo e incluyas todo lo que quieras y la forma en la que desees realizarlo. Cuando llevamos una organización en cualquier proyecto es mucho más fácil continuar y no desfallecer.
Analiza el tiempo
Céntrate en cómo organizas tu tiempo: mira a qué le dedicas la mayor parte de tu tiempo e identifica los tiempos muertos. La mayoría de las personas, cuando llevan bastante tiempo estresadas después de una temporada sin parar, tienden a procrastinar, a dejarlo todo, desmotivarse e incluso caer en depresión. Un shock que nos cambia la rutina de actividades.
Lo importante para la motivación es activar todos los engranajes y ocupar todos nuestros huecos en la consecución de los objetivos, sin obsesionarse pero sí siendo consciente de la importancia de lo que queremos conseguir. Tener las cosas claras.
Poco a poco, busca logros diarios
No desistas y te canses rápidamente; es igual de importante conseguir la meta que hemos planificado que ir obteniendo resultados durante el camino. Por ello, no podemos ponernos metas muy lejanas ni objetivos inalcanzables en el tiempo; una de las mejores acciones para ir viendo resultados es establecer pequeñas metas factibles que permitan motivarnos a medida que vayamos consiguiéndolas. Todos los días/semanas debes apuntar al menos un logro conseguido para ver los avances y premiarte recuerda que cada gran objetivo es posible desgranarlo en pequeños objetivos más accesibles.
Comparte tus motivaciones
También ayuda a motivarse compartir los objetivos y los resultados con los demás, más aún cuando las metas se nos hacen cuesta arriba. Hacer partícipes a familiares, amigos y compañeros que puedan ir viendo los resultados mejora notablemente la decisión para seguir haciéndolo. Cuando te des cuenta de la cantidad de gente que está contigo, dejará de ser un idea personal para ser un proyecto colectivo, más fácil de llevar a cabo y una fuente extra de motivación allá donde estés.