7 Formas De Comportarte En El Trabajo Y Que Podrían Llevarte De Cabeza Al Paro

Parecen tonterías, pero ojo porque todo se tiene en cuenta. Fíjate, cámbialo y el viernes seguirá siendo tu día favorito de la semana.

Si te llaman un viernes a última hora de la mañana los de recursos humanos de tu empresa, tiembla. Porque si algo malo tiene el viernes, es que es 'el día oficial del despido'. Aprovechan que llega el fin de semana para calmar los malos rollos que pueda provocar en el resto de trabajadores y tú, recién de vuelta al paro, tienes tu fin de semana maravilloso para relajarte antes de volver a la carga con los currículums. Pero tranquilo, no tiene por qué pasarte a ti si sabes detectar las cosas que podrías hacer mal para que te larguen. Parecen tonterías, pero ojo porque todo se tiene en cuenta. Fíjate, cámbialo y el viernes seguirá siendo tu día favorito de la semana.

1. Abusar del 'colegueo'

Recuerda que vas a trabajar, no a socializar. Está bien que tengas buen rollo con tus compañeros y que se acaben convirtiendo en nuevos amigos, pero lo mejor es que quedéis fuera de las horas de trabajo para charlar con calma de vuestras cosas. Así evitarás distracciones que podrían acabar en un finiquito indeseado.


2. Usar el mail del trabajo para cosas personales

Y quién dice email, dice cualquier herramienta de la oficina. Llámense impresoras, teléfono, etc. Sabemos que es muy tentador, sobre todo cuando tienes ratos libres o cuando tienes que imprimir esas entradas para el concierto al que vas a ir cuando salgas. Pero a veces, ahorrarte un par de euros en la copistería te podría salir muy caro.


3. Quejarte por todo

Que si tu jefa, que si tu compañero, que si el día lluvioso que te desconcentra. Que si las prisas que te meten, que si el ordenador que se cuelga cada dos por tres, que si es lunes. Que si todo. STOP, por favor. No solo porque es una actitud negativa que podría interpretarse como una falta de interés y motivación por tu trabajo, también porque el resto de la humanidad que te rodea no se merece semejante tostón.


4. Estar siempre a la defensiva

Resulta que no eres el centro del mundo. Y que tampoco la humanidad está en tu contra hay temas más importantes de los que ocuparse. Así que, baja la guardia, respira y sonríe más. Y si la batalla la tienes con algún compañero que te está haciendo la vida imposible, habla con él. Pero que tu jefe no te vea siempre con el 'modo rambo' puesto, anda. ¿Por qué iba a querer en su plantilla a alguien que está de pelea constante?


5. Irte de la lengua

Mucho ojo a lo que cuentas. En el trabajo lo mejor es 'ver, oír y callar'. Aunque creas que puedes confiar en alguien, nunca sabes cómo ni cuándo puede usar esa información. No te la juegues y, muérdete la lengua para evitarte más de un disgusto. Hasta el comentario más inocente puede malinterpretarse.


6. Exigir antes que demostrar

Eso de 'quién no llora, no mama', habría que matizarlo un poco en el trabajo. Está bien que exijas lo que es justo, pero siempre y cuando hayas demostrado antes tu valía. Entre otras cosas, porque así tendrás un argumento más para convencer, pero también para que no te salga el tiro por la culata. Ya tú sabes.


7. Procrastinar

Nada de escaquearse. Organízate bien el tiempo y no te apalanques. A los de recursos humanos nunca les verás quejarse por tu energía y rapidez, pero sí por tu retrasos y entregas a última hora, aunque el trabajo esté hecho. Elimina el "después lo hago". Sí lo que quieres es seguir en tu puesto, apuesta siempre por el 'ahora mismo'.