Según la wikipedia, el 2 de diciembre de 1949 fue celebrado por la UNESCO el convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena. No obstante, la Organización Internacional del Trabajo OIT señala que millones de jóvenes se encuentran en condiciones cercanas a la esclavitud como víctimas de trabajo forzado o en régimen de servidumbre. Esclavitud. Un término que ha acompañado nuestra historia pasada, está acompañando la presente y, por desgracia, si no ponemos punto y final, también estará en el diccionario que consulten nuestros nietos. ¿Pensabas que la esclavitud era cosa del pasado? La organización internacional Anti-Slavery ya tiene un listado con las nuevas formas de esclavitud moderna. Y todavía profundizando más, ¿qué hay de aquello que nos pensamos que nos permite evolucionar y tiene un efecto regresivo? Por ejemplo, Internet, el móvil, la tablet y todos los derivados más vanguardistas. Pon un límite a la modernidad, chico, o sufrirás algunas de las enfermedades derivadas del abuso de las nuevas tecnologías, y encima tu espalda se curvará y te saldrá joroba.
La esclavitud moderna tiene una nueva acepción: cosas que nos enganchan a los mileniales y que no molan nada porque son nocivas para la salud. ¿Te has planteado alguna vez cuánto aguantas sin el móvil en la mano? ¿Y sin responder a una conversación que te llega por el whatsapp? ¿Han aumentado tus dioptrías porque te pasas todo el día frente a una pantalla, sin olor a ningún tipo de aliento humano? Fuera bromas. Eres un dependiente. Despierta y actúa. ¿Te quieres poner enfermo? No, ¿verdad? Mira lo que puede ocasionar una obsesión contemporánea por querer aislarte demasiado de la realidad, el vicio a los juegos, el miedo a la soledad o el exceso de trabajo.
Un estudio revela que existen al menos siete enfermedades mentales, aceptadas por la comunidad médica, vinculadas con el uso de la nuevas tecnologías.
Cybermareo
Surge en los años noventa. Se refiere a la sensación de mareo que provocaban los primeros videojuegos, equiparable al efecto de viajar a gran velocidad.
Síndrome de la llamada fantasma
Según el Doctor Larry Rosen, autor del libro iDisorder, los mecanismos de respuesta fuera de lugar en nuestro cerebro hacen que un 70% de los jóvenes sintamos la vibración del móvil en el bolsillo, aunque ni siquiera lo llevemos. ¿Es fuerte, no?
Facebook-depresión
"Un estudio de la Universidad de Michigan revela que la depresión entre los jóvenes es directamente proporcional a la cantidad de tiempo que pasan en Facebook". Alucinante. Sal y busca la interacción social aunque sea al lado de un árbol, coño.
Nomofobia
La ansiedad que se siente de no tener acceso a un dispositivo móvil. El término "nomofobia" es una abreviatura de " fobia no-móvil".
'Ciberhipocondria'
"Internet puede exacerbar sentimientos existentes de la hipocondría y en algunos casos provocar nuevas ansiedades", advierten los expertos. Deja de buscar por qué te duele 'esa parte del cuerpo' en Google, te vas a provocar tú mismo el problema.
El efecto Google
Tienes pereza, ¿no? El acceso ilimitado a la información ha provocado que nuestro cerebro no se esfuerce en retener información, porque luego "lo podrá buscar en Google".
Adicciones a los juegos on-line y a Internet
En el primer caso, los datos son estos: el 8% de la población coreana de entre 9 y 39 años lo sufre. Necesidad de estar conectados hasta cuando dormimos.
La explicación de los psiquiatras a estas nuevas patologías que nos hacen esclavos de nosotros mismos, muchas veces, es que el mundo evoluciona más rápidamente que la capacidad de adaptación que posee nuestro cerebro. Ey. Calm and peace. Refréscate, humanízate. Resetéate, si prefieres llamarlo así. El dedo gatillo y la ansiedad no tienen demasiado que envidiar a otras formas de esclavitud moderna, recuerda.
Créditos de la imagen: Sarah Ann Loreth