El pueblo estadounidense ha dictado sentencia: El disparate se ha impuesto una vez más a los sondeos y la primera potencia mundial afronta, desde hoy, el devenir de una nueva era. La de Donald Trump, el magnate del peinado imposible y las ideas de bombero retirado. El mundo medianamente civilizado asiste en shock al suceso del año: El asalto a la Casa Blanca por parte del candidato con las promesas más locas jamás escuchadas en una campaña electoral. En Código Nuevo tiramos de hemeroteca y, tras consultar con los principales expertos en política lunática, os traemos esas medidas 'trumpianas' que, muy pronto, podrían dar aire fresco a los titulares de la prensa internacional. Por nuestra parte, solo tres palabras: Good luck, America.
Durante las primarias republicanas, Donald Trump aseguró que era inconcebible que los votantes republicanos eligieran como candidata a la exitosa consejera delegada de la multinacional tecnológica HP, Carly Fiorina, porque, según él, había algo en su cara que la inhabilitaba para ello: “¡Mirad su cara! ¿Votaría alguien por ella? ¿Puedes imaginarte que sea esa la cara del futuro presidente?”.
Por ello, para prevenir que esas caras femeninas -que Trump no considera adecuadas- entren en la arena política, ya se ha configurado un comité extraordinario que evaluará a todas y cada una de las candidatas en elecciones municipales, regionales y nacionales. Por supuesto, Donald Trump tendrá la última palabra al respecto. Además, tanto él como los jueces designados para ayudarle en la tarea, asignarán un número a las elegidas en función de su follabilidad. Una práctica muy similar a la que el multimillonario entrenó durante su paso por el programa de Howard Stern.
Lo "nauseabundas" que, según Trump, pueden llegar a ser mujeres como Hillary Clinton -ya sea por motivos físicos o de conducta-, ha hecho que el nuevo gobierno apruebe una dotación presupuestaria extraordinaria para repartir mascarillas protectoras -al estilo pekinés- entre los hombres que tienen la mala suerte de cruzarse a diario con una nasty woman. El objetivo es claro: Los buenos americanos deben protegerse.
"Ir al servicio es asqueroso". Ya lo dijo Trump de su rival Hillary Clinton cuando ésta se demoró unos minutos durante un debate con Bernie Sanders, en las primarias del partido demócrata. En 2004 había asegurado que no existen evidencias de que su mujer, Melania Trump, defeque. Así que, respetando el criterio del republicano, se prohíbe a todos los individuos presentes en actos públicos en Estados Unidos que utilicen los retretes. De hecho, se estudia la destrucción total de estos lugares o su habilitación como prisión para inmigrantes ilegales que esperen su deportación. Una medida que cuenta con el apoyo explícito del célebre sheriff Joe Arpaio, fan declarado del nuevo presidente. También se anima a los estadounidenses de bien a evitar acudir a sus retretes caseros. Ya se sabe que hacer a América grande de nuevo exige sacrificios.
“Todas las mujeres que denuncien o insinúen haber sido acosadas en su ámbito laboral deberán abandonar su puesto de trabajo de forma inmediata para no perjudicar el funcionamiento ordinario de la firma que ha sido su sustento económico”, se extrae de lo manifestado en la campaña. El presidente electo predica con el ejemplo y ya ha asegurado que, en el supuesto de que su hija sufriera acoso en el trabajo, lo que él espera es que ella renuncie a su posición, encuentre otro y siga adelante sin armar escándalo.
Aquellas mujeres que denuncien acoso sexual en el ámbito militar serán condenadas a servir en Guantánamo. Un tuit de Donald Trump, en 2013, ya avanzaba la medida. “¿Qué se espera que pase cuando se junta a hombres y mujeres?”, se preguntaba entonces.
Haciendo valer su propuesta estrella, Donald Trump se desplazará a Tijuana para poner la primera piedra de lo que será uno de los muros más imponentes del mundo: Los 3200 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México serán cerrados a cal y canto para evitar que inmigrantes mexicanos y centroamericanos accedan al país por su frontera sur. Debido a los aires de grandeza del magnate americano, ahora hombre más poderoso del mundo, no solo se construirá un muro, sino siete; uno detrás de otro. El objetivo es superar la longitud de la muralla china 21196 kilómetros y, como saben, hacer a América grande de nuevo.
No se descarta una invasión de México para recolectar el dinero que este país adeuda a Estados Unidos por sus esfuerzos durante la construcción del muro.
Donald Trump ha insistido en que los musulmanes no están invitados al proyecto de reconstrucción de "la gran América", así que se creará un grupo especial para detectar a los fieles de esta religión y expulsarlos a algún país donde el Islam sea la fe mayoritaria. Cualquier mujer con el pelo o el rostro cubierto y todos los hombres con barba espesa o turbante serán identificados como musulmanes y automáticamente confinados hasta su expulsión. Se ruega a los seguidores del sijismo se abstengan de hacer alegaciones: no cuela. Y no habrá compasión con los hipsters.
Según la visión 'trumpiana' del cambio climático, éste no es más que un invento alarmista de unos ricos que quieren hacer negocio con el asunto. En palabras de Trump, en caso de existir, la velocidad del cambio climático es demasiado lenta. Nueva York es una ciudad muy fría en la que nieva mucho, por lo que, a ojos de Trump, contribuir al dióxido de carbono vertido a la atmósfera debe ser una prioridad en la agenda, con el fin de contribuir al caloret de los norteamericanos.
Donald Trump encabezará un nuevo programa inspirado en Aló Presidente, espacio que solía conducir el exmandatario venezolano, Hugo Chávez. Trump dará consejos a los americanos sobre cómo tratar a las mujeres para tener éxito en la vida y aceptará cualquier pregunta sobre la longitud de su miembro viril y sus dilatadas experiencia sexuales. Según una orden presidencial extraordinaria, todos los canales de televisión por cable y las versiones digitales de los periódicos estarán obligados a retransmitir en directo y hacer seguimiento de cada capítulo. Los periodistas que se nieguen serán enviados a ejercer trabajos forzados en uno de los siete muros que separarán la frontera con México.
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