Tener trabajo en la actualidad es una suerte, y conservarlo una tarea difícil. Más allá de los datos, estadísticas y motivos económicos que puedan motivar el cese de un empleado en una empresa, existen otro tipo de factores que pueden afectar muy negativamente a la permanencia de trabajadores en una organización.
Si miramos un poco a nuestro alrededor, fácilmente podríamos asignar un papel que definiera a cada compañero o amigo que tenemos en nuestro trabajo, que no es más que un resumen de la opinión que tenemos de ellos. Por eso es importante que seamos neutros en el puesto laboral si no tenemos idea o no nos creemos capaces de establecer condiciones óptimas y positivas para la relación con ellos, es decir, que si no queremos sobresalir o hacer nada más allá de trabajar, tampoco hagamos el tonto.
Vamos a ver algunos de los perfiles tóxicos que abundan en cualquier empresa y que debemos evitar a toda costa, si no queremos convertirnos en un incordio, quedarnos solos y, desde luego, que nos despidan:
Victimismo perpetuo
Quizás sean uno de los perfiles laborales más tóxicos que puedan existir. Siempre tratan de poner, inventarse y crear excusas que tapen sus posibles errores. Por si fuera poco, tratan de culpabilizarte, hacerte sentir mal y quedar ellos como una víctima desamparada de la maldad. Tienden a causar problemas y líos si ven que el sistema les funciona. No te arrimes mucho a ellos ni seas como ellos.
Envidia
Otro de los más conocidos. Realmente este tipo de personas no desea lo que tú tienes, sino que lo que realmente quiere es que pierdas esa cosa, ese don, esa capacidad con la que desprendes celos. Sentir envidia sana es un rasgo natural del ser humano, pero envidiar y utilizar los celos y la maldad no, y no es nada bueno. Guárdate de cruzarte con alguien así, y si eres tú el que sientes envidia por alguien, trata de tomártelo de otra forma, sin sentir desprecio.
El mentiroso
Bajo ningún concepto crees bulos, infundios, ni trates de tomar a los demás por tontos. En los ámbitos laborales, como en la vida, siempre existen mentirosos, que crean desconfianza dañando así el ambiente. Para algunos, mentir es patológico, se mienten incluso a sí mismos y suelen expandir dimes y diretes que lacran a todos los compañeros. Sepárate de ellos y no cojas mucha confianza, la justa y necesaria para el desarrollo laboral.
Arrogancia e ignorancia
Aquellos que van mirando por encima del hombro y de reojo a los demás no suelen inspirar confianza. Demostrando lo que vales y de lo que eres capaz, sin publicidad, se gana más que siendo un estirado. Por otra parte, la ignorancia suele ir unida a la arrogancia: hacen las cosas una y mil veces mal y no tratan de arreglarlo. No admiten consejos y suelen echar balones fuera.
Todo se trata de acercarse y aprender de aquellas personas con un perfil destacado, que no hacen ruido y son bastante buenas en lo suyo y con los suyos. Si lo piensas, aquel dicho de “dime con quien te juntas y…” es totalmente cierto, y estas personas tóxicas acaban arrastrándote con ellas y acabando con tus nervios y tu bienestar. Sé correcto, sé bueno y trata de alejarte de la gente destructiva.
Crédito de la imagen: huffingtonpost.com