El curriculum es, sin duda, el gran protagonista de las entrevistas de trabajo. Sin embargo, aunque te sorprenda, existen muchísimos detalles que afectan de manera directa o indirecta a la manera en que eres percibido.
1. La hora de tu entrevista
La psicóloga Vivian Giang, experta en estrategias personales, asegura que las 10:30 de la mañana de un martes es el mejor momento para programar una entrevista. Los martes somos personas más productivas y nos tomamos las cosas con más calma, y las 10:30 es la hora adecuada para que el entrevistador ya haya revisado su correo matutino, se haya tomado un café y se prepare para la llegada de la entrevista.
Hay que evitar a toda costa las entrevistas a última hora de la jornada laboral y las que tienen lugar antes o después del almuerzo.
2. El tiempo de antelación con el que llegues
Eso de que a una entrevista hay que llegar con tiempo no es del todo cierto. Llegar unos minutos antes es casi una norma de educación y buenas formas, pero llegar con media hora de antelación puede dar señales negativas a tu entrevistador, pues da sensación de ansiedad o presión. Tómate esa media hora en otro sitio para relajarte, despejarte y ordenar tus ideas.
3. Si te sientes poderoso
¿No te pasa que hay veces que te levantas y te sientes como más poderoso? Pues esa debe ser la actitud con la que debes ir a una entrevista. En esos días que te sientes así, tienes mayor capacidad de influir en las opiniones del resto y de convencerles de determinadas posturas. Te permite ser mucho más asertivo y demostrar mayor capacidad de tolerancia a las críticas.
4. Lo que haces mientras esperas
Como no sabes en qué momento aparecerá la persona que va a entrevistarte, debes estar preparado. No es conveniente estar hablando por teléfono, comiendo, bebiendo café, con un despliegue de trastos por todo lo alto ni distraído en tus pensamientos. Quizás sea más adecuado abrir el portátil y revisar las cosas que tienes pensado enseñar o escribir notas sobre asuntos que deseas comentar. Darás la sensación de estar concentrado, tranquilo y totalmente disponible para levantarte a darle la mano en cuanto aparezca.
5. Si aceptas el café ofrecido
No aceptes un café ni nada que requiera que el entrevistador pierda minutos no productivos contigo. Por mucho que te lo ofrezcan, en una primera toma de contacto es mucho mejor la sensación de agilidad y de tiempo bien aprovechado.
6. El color de tu ropa
Según más de 2.000 directores y profesionales de recursos humanos que participaron en una encuesta de CareerBuilder, el azul y el negro son los mejores colores para llevar en una entrevista de trabajo, mientras que el naranja es el peor. Los colores más neutros parecen ser la apuesta más segura, y los colores más llamativos, para una primera toma de contacto, pueden ser demasiado arriesgados.
7. Adaptar tus respuestas a la edad del entrevistador
Sé inteligente y adapta tu discurso y tus respuestas a la edad del entrevistador. No quiere decir que cambies tu respuesta en función de este factor, sino que adecues la manera en que la dices o la expresas.
8. El contacto visual
El contacto visual es un elemento clave para conectar con las personas. Establece contacto visual con quien te hace una pregunta y, si hay varias personas interviniendo, siempre mira a quien te la formula en cada momento. Cuando hables ves cambiando la mirada de manera suave a unos y a otros y conseguirás captar la atención de todos ellos.
9. Tu postura corporal
La comunicación no verbal, en la mayoría de ocasiones, habla más de ti que tus palabras. Cuando estés sentado delante de alguien que te está haciendo una entrevista, debes ser consciente de las señales que le estás enviando. Mantén siempre una posición cómoda pero recta y formal, e inclínate ligeramente hacia tu entrevistador.
10. Sonríe
Sonreír es de ese tipo de gestos que, en una entrevista, debes medir bien. Una sonrisa siempre puede abrirte muchas puertas, pero debe hacerse de manera controlada y, sobre todo, en el momento preciso.