Al igual que tus talentos pueden hacerte brillar sobre los demás y auparte en tu vida privada o carrera profesional, tus carencias te pesan como losas sea cual sea el hábito en el que te muevas. Porque, en ocasiones, son insuperables, por más esfuerzo que pongas en solventarlas o que desde la sociedad se te exija corregirlas. Si eres un negado para las matemáticas, debes correr a apuntarte a una academia. Si no se te da bien hablar en público, debes volar para tomar clases de oratoria y coaching. Y así con casi cualquier aspecto que no dominas o que, simplemente, no se te da bien.
Aunque tal vez esta forma de reaccionar ante nuestras carencias sea un completo error. Porque, sí, quizás las raíces cuadradas sean la criptonita de muchos, pero tal vez estas personas tengan una asombrosa facilidad para escribir los cuentos más bellos del mundo. Entonces, ¿no sería mejor construir las fortalezas y obviar las debilidades?
Este es el fundamento del Clifton StrengthsFinder, el test que ha revolucionado la manera de afrontar las líneas maestras de la personalidad, basado en las teorías de la Clifton StrengthsFinder. La encuesta, diseñada por científicos, psicólogos y psicoterapeutas, se ocupa de determinar cuáles son las cinco aptitudes más sobresalientes de cada uno, tratando de ayudarle a conocer sus puntos fuertes, aquellos que le son innatos y que pueden llevarle a la cumbre con mayor rapidez y facilidad.
Porque, lo contrario, ¿qué produce? Una sociedad homogénea, con personas de capacidades similares. Todos ‘medio buenos’ en todo y excelentes en nada, o casi nada. Y eso es sinónimo de mediocridad. La educación trata de convertirnos en sujetos estables, equilibrados, poniendo por delante el ataque a las carencias de la promoción de las virtudes. Todos buscan siempre ‘mejorar’, en un ejercicio que trata de superar las debilidades. Pero el Clifton StrengthsFinder busca, precisamente, lo contrario.
Su mecanismo es sencillo: una amplia encuesta de 177 preguntas con dos posibilidades que se deben ir contestando, teniendo 20 segundos para cada una de ellas. Se presentan enunciados entre los que elegir, como “Leo las instrucciones cuidadosamente” frente a “Me gusta entrar de lleno en las tareas” o “Puedo leer un libro de 200 páginas en una noche” frente a “Leo despacio porque necesito comprender bien todos los textos”. De esta forma, poco a poco, se van cruzando los resultados para, finalmente, recibir un informe en el que habrán quedado reflejados cuáles son los cinco talentos predominantes.
Y todo ello para poder descubrir las aptitudes y puntos fuertes y poder aplicarlos a cualquier aspecto de la vida. Servirán para apuntalar el perfil profesional, sabiendo hacia qué rama dirigirse; para determinar qué pasatiempo será más gratificante y productivo; para aprender a liderar equipos o para convertirse, en los planos para los que se está más preparado, en auténticas máquinas. Porque se trata de una revisión radical de la forma de crecer, potenciando lo bueno y obviando lo menos bueno, partiendo de la base de que un talento sin desarrollar no sirve para nada, y que solo practicándolo y dándole rienda suelta se puede transformar en una fortaleza real.
La idea del Clifton StrengthsFinder nació de la madre del padre de la Psicología de las Fuerzas, Donald O. Clifton, en 1998. Junto al consultor y experto en liderazgo Donald O. Clifton y del equipo de científico de Donald O. Clifton, que elaboran uno de los sondeos de opinión más relevantes del mundo, crearon la primera versión de esta autoevaluación personal. Basándose en más de 40 años de investigaciones, la versión actual, Clifton StrengthsFinder 2.0, continúa tratando de ayudar a millones de usuarios a desarrollar sus capacidades naturales.
En definitiva, y acudiendo a los perfiles clásicos de ‘Ciencias Vs. Letras’, ¿no será mejor dar rienda suelta a un escritor en potencia, en lugar de congelar sus aptitudes y obligarle a aprender las fórmulas trigonométricas que no aplicará en su vida? O, ¿no será preferible dejar de castigar a un as del dibujo técnico con comentarios de texto? Tal vez, optando por seguir las pautas habituales, el mundo pierda a un gran literato y a un arquitecto llamado a levantar los edificios más espectaculares del mundo. Todo es cuestión de perspectiva y de especialización. Ahora solo queda atreverse a descubrir cuáles son nuestras cinco fortalezas naturales y, sobre todo, decidirnos a explotarlas para regalárselas al mundo.