Esta mujer se ha insertado 50 chips y receptores en el cuerpo para transformarse en cíborg

Tiene la capacidad de pagar en las tiendas y restaurantes con la palma de su mano

Durante muchísimo tiempo, y a la vista del potencial tecnológico que teníamos entre manos, los humanos hemos fantaseado con la idea de trascender el cuerpo biológico. E incluso lo hemos puesto en práctica: las prótesis en extremidades o los bypass sintéticos implantados en las arterias son ejemplos de nuestras incursiones en el mundo de la transhumanización. Pero hay una biohacker británica, conocida como Lepht Anonym, que ha pasado ella solita al siguiente nivel: ha instalado en su organismo más de 50 chips, antenas e imanes para convertirse en una híbrido entre humana y robot. Lo que ella misma llama una grinder.

"Tu sistema nervioso funciona con señales electrónicas, al igual que otro aparato. Estas señales viajan por tu cuerpo hacia tu cerebro, solo que en lugar de circuitos electrónicos tienes nervios. Cuando pones un pequeño nodo en tu sistema nervioso, este genera una señal eléctrica y se conecta a tus nervios sin problemas", cuenta la propia Lepht Anonym, según un artículo del Business Insider. Una lógica que la ha motivado a dar rienda suelta a su imaginación, armarse de valor y someterse a diferentes intervenciones quirúrgicas sin ninguna clase de anestesia. Su deseo de convertirse en una posthumana supera cualquier dolor.

Como explican desde ese mismo medio, "Leph quiso adquirir un sentido extra" y "para ello se insertó duran diversas operaciones unos imanes en sus dedos" que "se activan pequeñas bobinas de cable conectadas a se externos como detectores infrarrojos y permiten a la biohacker sentir la distancia entre sus manos y lis objetos". Sin duda, y una vez resolvamos diversos dilemas éticos asociados a la transhumanización, está claro que la implantación de tecnología tiene el potencial no solo de mejorar ciertas capacidades y proporcionar otras nuevas, sino, por encima de todo, ayudarnos a combatir muchas enfermedades.

El problema es que, aunque el horizonte es muy prometedor, nos encontramos en una fase muy temprana de la posthumanización. Ese es el motivo por el que Lepht debe implantarse los chips y demás tecnologías sin e l alivio de la anestesia: la comunidad médica no está acreditada para realizar procedimientos como este. Algo que no detendrá a esta grinder. "No hay otra manera fácil de lograrlo. No voy a esperar a que alguien con un laboratorio de investigación me respalde esta búsqueda", declaraba recientemente. Para ella su cuerpo solo es hardware y software. Y pretende experimentar con él sean cuales sean las consecuencias.

Y ya ha habido consecuencias. En 2020, y tras insertarse múltiples chips que le permitían, entre otras cosas, pagar en los comercios con la palma de la mano, uno de los dispositivos que se instaló en la parte superior del brazo sufrió un golpe y desató problemas de salud en Lepth. En palabras de la protagonista, "los médicos me expresaron que estaba fatal y que no entendían por qué me había metido una caja en el brazo". Pero para ella la cosa está muy clara. Lo hace porque lo desea, pero también para que sus éxitos y fracasos sirvan para hacer avanzar la transhumanización. "No creo que esté cometiendo una locura porque tengo un propósito".