Ser madre no es algo fácil y depende para quién, en ocasiones, es hasta un problema. La experiencia de la maternidad hizo que la tenista Serena Williams sufriera problemas de coagulación después de parir. En su primer partido —en el que tuvo que jugar dentro del puesto 451 ya que el puesto número uno que tenía antes de su baja por maternidad no fue respetado— la jugadora vistió una malla larga elástica junto con una camiseta ajustada, prendas que le ayudaban a mejorar el estado de su cuerpo y los problemas de coagulación que sufrió tras dar a luz.
A pesar de su problema, el presidente de la Federación Francesa de Tenis mostró cero empatía hacia su situación y dijo que “el uniforme de Serena es inaceptable y no será aceptado más”, puntualizando que “hace falta respetar el juego y el lugar”. El martes, durante una de las primeras rondas del US Open, Serena Williams quiso demostrar que se puede jugar y hasta ganar vestida como quiera. Por eso mismo la tenista apareció con un tutú negro, un diseño propio que ha creado en colaboración con el diseñador Virgil Abloh, responsable de la colección masculina de Louis Vuitton. Con sus reivindicativas prendas la tenista se impuso en tan solo 69 minutos ante la polaca Magda Linette, mostrando que su valía, su recorrido y su talento merecen un respeto.
La multinacional estadounidense Nike, encargada de vestir a Serena Williams, se posicionó del lado de la tenista publicando un tweet que ya ha sido compartido más de 114 mil veces y que supera los 200 mil likes. En él se puede leer: “Puedes sacarle a una superheroína su traje pero jamás podrás sacarle sus superpoderes”.
El presidente de la Federación afirmó que su intención no era llegar a un código de vestir tan estricto como el que se emplea en Wimbledon —en esta competición el blanco es obligatorio, incluso en la ropa interior— pero que buscaba poner ciertos límites. Aún así la prohibición de la prenda como la que, por ejemplo, vestía Serena Williams podrían aplicarse al cambio de los próximas colecciones que entrarán en el año 2020. Esperemos que algo tan superficial como la ropa pase a un segundo plano o que, al menos, esta vez se tengan en cuenta las necesidades de todas y todos los deportistas.