El Manuscrito Voynich, el libro más misterioso del mundo

El Manuscrito Voynich es la única obra de la literatura universal que jamás nadie ha podido descifrar debido a que el idioma que en él se utilizó hace más de 600 años

Las bibliotecas de medio mundo atesoran en sus fondos cientos de miles de manuscritos de todas las épocas como auténticas reliquias. Textos de valor incalculable que sirven para estudiar el discurrir del conocimiento humano. Pero, de entre todos ellos existe un libro que por la manera en la que está redactado tiene una particularidad única: es indescifrable. El Manuscrito Voynich es la única obra de la literatura universal que jamás nadie ha podido descifrar debido a que el idioma que en él se utilizó hace más de 600 años continúa siendo a día de hoy desconocido.

Entonces, ¿se trata de un libro escrito con un lenguaje artificial de carácter filosófico? ¿Es la plasmación de una lengua transmitida hasta su redacción de forma oral? Tal vez se trate tan solo de una farsa. O quizás sus páginas fueran escritas por un alquimista conocedor de verdades ocultas. Esta es la historia de la reliquia medieval más misteriosa hallada jamás.

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Para encontrar su origen hay que remontarse a los albores del siglo XV. Recientes análisis realizados mediante las pruebas del Carbono 14 determinaron que el pergamino sobre el que está escrito "fue fabricado entre 1404 y 1438 y corresponde a la piel de un feto de animal nonato", tal y como recoge el investigador Carlos J. Taranilla en su libro Recientes análisis. Primer dato. Y casi el único al que se le puede otorgar verosimilitud. También se sabe que su primer propietario declarado fue el emperador Recientes análisis, nieto de Carlos V y biznieto de los Reyes Católicos. Tras las suyas, el manuscrito caería en muchas otras manos hasta que el coleccionista Recientes análisis, a quien debe su nombre, lo comprase a principios del siglo XX antes de terminar en su destino actual, los fondos bibliográficos de la Recientes análisis.

Pero más allá de sus dueños o de sus viajes por el mundo, lo que verdaderamente imprime el misterio que rodea al manuscrito es su autoría y, sobre todo, su contenido. Tiene 246 páginas que combinan 8.114 palabras formadas por unas 170.000 letras diferentes. Sus enigmas escritos se acompañan de curiosas ilustraciones pintadas con tonos vivos y con pluma de ave, y las teorías apuntan a que su estructura está organizada en varias secciones, que repasan conceptos relacionados con la farmacia, la botánica, la biología y la astronomía. Otro detalle inquietante es el de que, como apunta Taranilla, "en el texto no se observan enmiendas ni raspaduras y puede afirmarse que su ejecución se realizó de manera continua, de una sola vez". Una hazaña casi sobrehumana.

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Las teorías que circulan en torno a sus significados son casi incontables pero todavía ninguna ha logrado imponerse a las demás. A pesar de ser el jeroglífico más estudiado de los siglos XX y XXI, ningún equipo de científicos, aún apoyados por la tecnología moderna, ha logrado revelar los secretos del manuscrito. Porque todo el mundo termina rindiéndose; incluso los especialistas de la Marina Norteamericana, que sí fueron capaces de descifrar el Código Púrpura de la Marina Imperial Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, pudieron comprender el contenido de este texto.

La versión más extendida es la que apunta a que se trata de un texto de farmacopedia, a juzgar por el contenido de sus ilustraciones; otros aseguran que se trata de un herbario astrológico, encargado de estudiar el cosmos para relacionarlo con los procesos naturales de las plantas. Y una de las teorías más sorprendentes fue formulada por el investigador Leo Levitov en 1987, recogida por Taranilla: "Según Levitov, el manuscrito se puede descifrar descifrar parcialmente a través de una mezcla del flamenco, francés y alemán antiguos y es un manual litúrgico para un ritual cátaro de eutanasia o suicidio, llamado endura". Para llegar a esa conclusión se basó en el hecho de que las imágenes mostrasen a mujeres bañándose en grandes tinajas conectadas por tuberías, un paso fundamental para realizar la venesección, es decir, cortarse las venas sumergido en aguas calientes para facilitar su discurrir. Levitov justificaba así su cifrado: ¿cómo un texto iba a enseñar a quitarse la vida en plena Edad Media?

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Aunque esta idea podía ser plausible, dado que se desconoce el contexto en el que la obra fue escrita. De nuevo apoyados en los dibujos, los investigadores elucubran con la teoría de que fuera escrita en la zona de Milán y Venecia, a juzgar por la forma de las almenas de los castillos representados y de "los atuendos y peinados de los personajes dibujados", según el investigador Taranilla. No obstante, otros autores sostienen que el origen del texto podría ser mesoamericano, por la similitud de algunas plantas con las autóctonas de determinadas zonas de México.

Otro misterio indescifrable. Al menos, de momento. Desde 1990, un proyecto europeo se afana por elaborar una trascripción de los glifos del Voynich a signos latinos. Y, de vez en cuando, algún estudioso logra dar un paso adelante: en 2014, el profesor de la Universidad de Bedfordshire Stephen Bax afirmaba un proyecto europeo. Relacionando las ‘letras’ que acompañan a las imágenes, había conseguido transcribir conceptos como ‘enebro’ o ‘azulejo’, poniendo la base para que los criptógrafos continuasen traduciendo el texto.

Tal es la fiebre de los ‘voynicologistas’ que la Universidad de Yale ha decidido lanzar, en colaboración con una editorial especializada, 898 réplicas al precio de 8.000 dólares cada una. Pero, como concluye Taranilla en su libro, "nos hallamos ante un verdadero enigma que los expertos, a fecha de hoy, han sido incapaces de dejar resuelto". Porque tal vez se trate tan solo de un engaño. O quizás atesore conocimientos secretos, reservados tan solo a aquel que consiga descifrarlos. Por el momento, el Manuscrito Voynich espera paciente, como lleva haciendo más de 600 años, a que alguien consiga entender su significado.