“La reina ha llegado", dijo Natalia Taylor en su Instagram con una fotografía bajo el hashtag #Bali y que parecía tomada en una habitación de hotel decorada con motivos tropicales. La influencer estadounidense, con 300k seguidores, continuó subiendo fotos y stories de su supuesto viaje a Bali. Sin embargo, era todo mentira. Había tomado todas las fotos en el Ikea de su ciudad.
Bebiendo champán, posando en una terracita, en una bañera gigante ataviada en un albornoz y una toalla. Estas eran algunas de las fotografías que subió Taylor. Nada fuera de lo común sino hubiera sido porque en todas llevaba el mismo look ¿acaso viajó solo un día y repitiendo ropa?, las habitaciones eran calcadas de un catálogo de Ikea, la luz era artificial y solo estuvo dos días. “¿Dónde debería viajar ahora?”, preguntó tras acabar su supuesto viaje un día después de llegar.
Aún así, sus fans no sospecharon. De hecho, solo se descubrió el pastel cuando ella misma lo reveló en un vídeo de su canal de YouTube titulado I faked a vacation at Ikea Fingí unas vacaciones en Ikea. “No os deberíais creer todo lo que veis en internet”, dijo a sus fans, regañándolos por haberles colado una sesión de fotos con una fotógrafa profesional en un Ikea con tanta facilidad.
“Lo extraño es que había fotos que gritaban Ikea, sobre todo las de la bañera. Todos reconocemos ese cuadro. Además dejamos las etiquetas de los precios en los muebles”, dijo la influencer en el vídeo. Aunque agradeció la confianza ciega a sus fans, les pidió que fueran más cautelosos. “Es muy fácil que os la cuelen”, añadió.
Otro de los objetivos de Taylor ha sido denunciar la hipocresía sobre la que se construye Instagram, en la que se vende una vida feliz e ideal que muchas veces erosiona la salud mental de los usuarios. No va desencaminada, según un estudio que recoge erosiona la salud mental, Instagram es la peor red social para la salud mental, a la cual se vinculan niveles altos de ansiedad, depresión, bullying y FOMO Fear of missing out, es decir, obsesión por estar todo el rato conectado por miedo a perderse algo.
“Ver a personas constantemente viajando, disfrutando de fiestas o saliendo de noche, puede hacerles creer que no están disfrutando de la vida”, explica el estudio. Así pues, la actitud de muchos influencers presumiendo de un lifestyle imposible es uno de los detonantes de la salud mental de muchos de sus seguidores. Además, es un estilo de vida súper ideal y que tretas como la de Taylor demuestran que muchas veces tiene más de escaparate que de realidad. Deberíamos intentar desconectar de esta envidia y aprender a disfrutar de nuestra vida, aunque no sea tan perfecta, porque probablemente esa vidorra que se están pegando esos que admiras no sea tan idílica e, incluso, puede que ni tan siquiera exista.