La mañana de miércoles ha empezado con un buen susto. La detección de un posible artefacto explosivo de mano —con forma de granada de mano— en una maleta durante el control de equipajes ha provocado la evacuación de la estación de ferrocarriles de Sants, la principal en Barcelona. En concreto, el aviso por parte de los vigilantes de seguridad de la estación del objeto sospechoso ha obligado a los agentes de los Mossos d'Esquadra a iniciar una operación policial interrumpiendo el servicio ferroviario y activando el dispositivo TEDAX, el encargado de desactivar artefactos explosivos.
Sin embargo, a pesar del rápido despliegue y la evacuación, los agentes no han encontrado la supuesta bomba ni a su portadora en Sants que, al parecer, ya se encontraba de camino a Madrid a bordo del AVE ya que nadie impidió a la viajera proseguir su viaje. Es por ello que la policía madrileña se ha visto forzada a iniciar un protocolo similar en la madrileña estación de Atocha, armada con metralletas y la ha desalojado, causando el pánico y la alarma de los allí presentes. Las redes sociales han empezando a elucubrar teorías sobre un posible atentado, justamente en Atocha, la estación del 11-M.
A las 10:30 de la mañana se ha confirmado que todo se trataba de una falsa alarma. Para entonces, los trenes han restablecido su circulación habitual. Y se ha rebajado la tensión. A media mañana, pasadas unas horas, los Mossos han mostrado en su perfil de Twitter lo que ha originado toda la confusión: una hebilla en forma de granada que una pasajera cargaba en su maleta. Algo que ha causado confusión en las redes, porque muchos usuarios se preguntan cómo puede ser que Adif no haya impedido su acceso a los trenes tras pasar por el control de equipaje y haya tenido que ser la policía la que tomase las riendas de la situación.Una tensa situación con un final feliz pero con tintes surrealistas.