Los Centennials Quieren Tener Tus Puestos De Trabajo Y Vas A Tener Que Trabajar Muy Duro 

Los sociólogos y antropólogos tienen un nuevo "grupo" para divertirse: los centennials. Se trata de la generación que ahora tienen entre 12 y 18 años, más o menos. Vienen a ser los hermanos pequeños o incluso los primeros hijos de los millennials. O

Los sociólogos y antropólogos tienen un nuevo "grupo" para divertirse: los centennials. Se trata de la generación que ahora tienen entre 12 y 18 años, más o menos. Vienen a ser los hermanos pequeños o incluso los primeros hijos de los millennials. O sea, nosotros.

En número son muchos menos que nosotros debido a la disminución del ratio de nacimientos que se produjo entre el 1998 y el 2003, pero lo cierto es que estos 'peques' suben pisando muuuy fuerte. Y que en un futuro ya no tan lejano podrían ser tus competidores para un puesto de trabajo o, incluso, tus próximos compañeros de curro. Así que, lo mejor será que les conozcas un poco más para que veas de qué pie calzan y qué puedes hacer para que no te coman la tostada.

Menos idealistas y más pragmáticos

Mientras que los millennials solemos tener un millón de sueños y experiencias por cumplir y vivir, la Generación Zeta otra forma de llamar a los centennials tienen los pies más en el suelo. Es decir, son mucho más pragmáticos. Hay que tener en cuenta que su infancia está muy marcada por la crisis económica que empezó en 2008 e incluso podríamos decir que su visión del mundo es más pesimista que la nuestra. También son menos egocéntricos, más reacios al riesgo y están muy preocupados por su futuro.

Es importante tener los pies en la tierra, pero la frescura y la creatividad a la hora de trabajar son dos valores muy en alza. Así que, saca a relucir tu idealismo millenial para poder volar bien alto y que nadie te pise los talones.


Conectados a tiempo real

También hay que resaltar que son muy activos en redes sociales, pero muchos ya no tienen perfil en Facebook. Los centennials son más de Snapchat y Youtube. Son nativos digitales, muy autodidactas y les gusta aprender a través de tutoriales. Además, buscan la privacidad en todo momento. Prefieren el anonimato incluso entre sus propios amigos y familiares. Según Snapchat, el 86% confiesa echar mano de su smarphone varias veces al día, aunque ellos mismos hacen autocrítica y reconocen que la gente de su edad pasa mucho tiempo al día conectada a estos dispositivos. Vamos, que reconocen que el enganche es total.

Los Millennials tampoco nos quedamos cortos. Según Strauss y Howe, los autores de la obra "Millennials rising: la nueva generación",  el 81% tenemos perfil en Facebook y el 83% dormimos con el móvil al lado. Nuestro mayor fuerte es que somos la generación más preparada de la historia y el 54% de los millennials tenemos un título universitario y ante eso es difícil competir. Sigue formándote, los tutoriales de Youtube están ahí para todos.


Impacientes, rápidos y eficientes

Otro rasgo característico de esta nueva generación es que lo quieren todo para YA. No tienen paciencia alguna. Crecieron en plena ebullición de los ‘smarthphones’, de internet y las redes sociales. O sea, de la inmediatez y la rapidez. Además, mientras que los millennials estamos acostumbrados a trabajar con dos pantallas y pensamos en 3D, la generación Z da un paso más allá y maneja cinco pantallas y piensa en 4D. Y además se comunican más por imágenes que por texto. Pero no dejes que te todo esto te asuste.

Nosotros también tenemos algo de impacientes, pero sobre todo somos muy flexibles. Somos los hijos primogénitos de la globalización en su máximo esplendor y eso ha repercutido mucho en nuestra forma de entender el mundo. Es importante potenciar nuestra versatilidad y adaptabilidad para poder destacar en el trabajo.

Como ves, los centennials no son una generación para tomar a la ligera. Trabajar con ellos quizás no será una tarea fácil, pero sí muy estimulante. Solo hay que conocer sus armas y jugar bien las cartas que tenemos que no son pocas. Al final es cuestión de compaginar las ventajas de unos y de otros para llegar al tándem perfecto. A por ello.