El artista Adrián Pino se desnuda delante de la Mona Lisa en el Louvre

Dentro de su proyecto V, el artista Adrian Pino se desnuda delante de la Mona Lisa en el Louvre de París.

La media sonrisa pícara y contenida de la Gioconda, más conocida como la Mona Lisa, lleva siglos cautivando a quienes la contemplan para intentar desvelar el secreto que quería trasmitir Leonardo da Vinci en su obra más icónica. Pero lo que el genio del Renacimiento no podría haber imaginado jamás es que 500 años después de pintar el retrato, otro artista, el barcelonés Adrián Pino Olivera, sonrojaría a todo el museo del Louvre de París posando casi desnudo frente a su intrigante musa.

“He estado 24 horas en la cárcel, tengo la entrada prohibida al Louvre de por vida pero me queda el recuerdo de haber sido la Mona Lisa”, escribía el martes el español en su Instagram poco después de su liberación por parte de las autoridades francesas y tras ser portada en varios diarios del país como Le Parisien. La conmoción por su intervención dio mucho que hablar en el país vecino y le ha costado un buen susto, pero el “novio de Venus”, como se hace llamar el artista de 28 años, ha dado un paso más en su proyecto.

El mismo y ambicioso proyecto bautizado como Proyecto V de Venus que, de momento, le ha llevado a desnudarse y esconder su pene simulando una vagina en una castración simbólica de lo masculino ante el David de Miguel Ángel en Florencia, la Fontana de Trevi en Roma,El origen de la Vía Láctea’ en la National Gallery de Londres, el Pantocrator del MNAC de Barcelona o La Victoria de Samotracia, también en el Museo del Louvre, entre otros.

Mientras todavía se recupera de su paso por el calabozo y refugiado en una habitación de un céntrico barrio parisino, Adrián nos cuenta a través del móvil todos los detalles de su performance ante una de las obras de arte más famosas del mundo. “Quería denunciar como la mujer es concebida en esta sociedad como objeto de consumo de masas. El cuerpo de la mujer ha sido objeto de explotación durante siglos. La publicidad utiliza su cuerpo como reclamo sexual y por eso mismo en la acción del Louvre poso como si fuese una modelo, para convertirme yo mismo en un producto, como la Mona Lisa, que ya no es solo una obra de arte, es un souvenir para ser devorado por los turistas”, explica el performer.

Profundizando en esta idea de la explotación de lo femenino por lo masculino dentro de una lógica masculina, patriarcal y capitalista, Adrián denuncia el ejemplo de la obra de Da Vinci como el máximo exponente de esta relación desigual: "Lo que le han hecho a la Gioconda convirtiéndola en un icono a base de repetir su imagen en todas partes es lo mismo que plasmaba Warhol con sus botes de salsa de tomate. Y en el fondo, mi proyecto tiene mucho de warholiano: a base de repetir mis desnudos de manera automática y consciente convierto mi cuerpo feminizado, mi V, en un icono”.

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Sin embargo, cuenta, sus explicaciones conceptuales no fueron tan fáciles de digerir para la policía francesa y los responsables de seguridad del Museo del Louvre. “Fue un verdadero descenso a los infiernos. Me llevaron a una sala aparte del museo y vino la policía. De allí me llevaron al calabozo y me hicieron un reconocimiento psiquiátrico. Al final entendieron que la intervención formaba parte de un proyecto y que no me faltaba un tornillo ni nada de eso. A las 26 horas me soltaron”, resume.

Eso sí, teniendo en cuenta que el Proyecto V deberá contar con 22 intervenciones ante 22 obras de arte y todo ello antes del fin de diciembre de 2018, Adrián tendrá que borrar Francia y todas sus obras de arte de la lista. “Tengo un juicio pendiente el 14 de mayo en Francia y la entrada prohibida en el Louvre por un buen tiempo. No sé si es de por vida, pero mínimo algunos años. De todas formas no me importa, el proyecto sigue y no tengo pensado hacer nada más aquí”, apunta el catalán.

De hecho, y puede que sea uno de los puntos más irónicos de su última experiencia, Adrián ni siquiera tenía la intención de realizar su performance ante La Mona Lisa. “En principio quería desnudarme ante ‘La Libertad guiando al pueblo’ de Delacroix, pero fue imposible. Así que tuve que improvisar y me decidí por La Mona Lisa. Igualmente estoy muy satisfecho con la performance y no me preocupa el tema de no volver a Francia por un tiempo”, concluye el artista que, antes de acabar el proyecto, realizará una nueva intervención sorpresa en Barcelona. Habrá que estar muy atent@s.

Crédito de las fotografías: Ernest Burés Fradera