El pasado año 2020 fue tan catastrófico que muchas personas incluso renunciaron a esperar nada bueno del 2021. Por supuesto, tenemos nuestros motivos para estar mosqueados. La pandemia del coronavirus que la humanidad se ha visto obligada a enfrentar nos ha costado vidas, libertades, puestos de trabajo, esperanzas y buenas cantidades de salud mental. Estamos viviendo una pesadilla y es lógico que, en nuestro dolor y en nuestro egocentrismo natural, clamemos sin vergüenza a los cuatro vientos que 2020 fue el peor año que la civilización humana ha sorteado. Pero la realidad es muy diferente.
Parémonos a reflexionarlo detenidamente. El ser humano impulsó las primeras civilizaciones de la Historia hace aproximadamente unos 5.000 años en Mesopotamia, Egipto, China e India. ¿5.000 años y creemos de verdad que 2020 corona el ranking de años más funestos? No estamos pensando con claridad. Porque si lo hiciéramos rápidamente vendrían a nuestras mentes los años del Holocausto judío o los años de la peste negra, una pandemia que terminó con la vida de entre 80 y 200 millones de personas, es decir, entre un 30 y un 60% de la población total del continente europeo.
¿Pero y si te contáramos que tampoco aquellos tenebrosos años consiguen ostentar el amargo título de año más oscuro de la historia? Pues así es. Porque, según aseguran desde Science Magazine, la ciencia alega que el año más catastrófico es el año 536 de nuestra era. Lo curioso es que no hubo plagas ni vastos genocidios a los que culpar de la oscuridad de aquellos doce meses. En realidad, y como detallan desde este medio, 536 fue el peor año para estar vivo por "una misteriosa niebla polvorienta que bloqueó el sol". Y, como es lógico, aquello tuvo unas consecuencias terribles en las vidas de las personas.
Entre otras cosas, aquella enigmática niebla, provocada probablemente por erupciones volcánicas, produjo que las temperaturas cayeran y desencadenó años de caos en todo el planeta: sequías, malas cosechas, nieve en verano en China y hambruna generalizada. A todo esto debemos añadir un factor clave en el efecto de este extraño fenómeno en las sociedades del aquel periodo: desconocían el origen del mismo. Piensa por un momento cómo estarías anímicamente si no supiéramos qué virus anda suelto. La incertidumbre es letal. Según el historiador Michael McCormick, "fue el comienzo de uno de los peores periodos para estar vivo".
De hecho, y según el equipo de investigación de McCormick, que ha realizado un exhaustivo análisis de los núcleos de hielo del glaciar Colle Gnifetti, no se producirían síntomas de recuperación hasta el año 640. Eso significa que algunas personas vivieron enteramente toda su existencia en estas condiciones tan duras y desagradables. ¿Cómo lo han descubierto exactamente? El estudio de los núcleos del hielo permite conocer el estado de la atmósfera en cada momento de la historia. Y ese momento, 536, era pura ceniza volcánica y escombros. Piensa en no poder ver el sol ni desde la ventana. Eso sí es un año aciago.