6 Maneras De Cambiar De Vida Y Salir De La Rutina

Cae la noche, se te hace tarde y vas a dormir, mañana te volverás a levantar tarde y será otro día igual. ¿Cuántas veces te has sentido así? 

7:00 a.m., suena el despertador, le das al snooze tres tandas cada 10 minutos, te levantas, te duchas, enciendes la máquina de café, escuchas de fondo la rigurosa actualidad de algún canal de noticias y te vistes para empezar otro día de tu monótona rutina.

Llegas tarde al trabajo, no sabes cómo pero siempre ocurre lo mismo. Podrías levantarte media hora antes, sí, “pero ya lo haré mañana, que hoy estaba muy cansado”. Trabajas 8, 10 y hasta 12 horas, comiendo un tupper frío o en algún bar de menú. Vuelves a casa, si te da tiempo vas al gimnasio, haces alguna compra y te quedas viendo la tele, dando likes a las fotos de Instagram y curioseando algún TT del Twitter y blogs de interés dudoso.

Cae la noche, se te hace tarde y vas a dormir, mañana te volverás a levantar tarde y será otro día igual. ¿Cuántas veces te has sentido así? ¿Por qué no hacer cada día más especial que el anterior? No hacen falta grandes cambios, con pequeños placeres diarios, la cansina rutina desaparecerá para empezar un nuevo día con más ganas que el anterior.

1. Cambia de hábitos

Para empezar, puedes cambiar el tipo de desayuno: olvida esas galletas de fibra o ese zumo de tetra-brik; prueba dos o tres veces por semana algo nuevo, date un lujo: un chocolate deshecho, unos huevos revueltos o baja al bar más cercano y pídete ese croissant tan apetecible.

Intenta tener dos o tres cosas que hacer cada semana al salir del trabajo: ir a cenar fuera, ver una obra de teatro, asistir a alguna conferencia o hacer deporte nada más llegar a casa pueden ayudarte a no tener la sensación de rutina que tanto te está cambiando el humor.


 2. Comparte los momentos

"Si quieres ir rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, ves acompañado", reza el dicho Masai. Deja de comer solo y a toda prisa, aprovecha que trabajas con gente y come con ellos. Cuando te aburras en el trabajo, ves a tomarte un café con alguien, si no es íntimo tuyo mejor, aprenderás cosas nuevas y quizás hagas una nueva amistad. De vuelta a casa, procura volver acompañado, o llama a ese amigo que se ha ido a vivir fuera, él seguro que agradecerá conversar con alguien lejano.

Si lees alguna noticia interesante, compártela con tus contactos, aunque sea por crear polémica, a todos nos gusta dar nuestra opinión, ya sea a través de una cadena de mails o un grupo de Whatsapp.


 3. Planifica el mañana

Cada noche, cuando vayas a dormir, olvida las preocupaciones y recuerda los momentos buenos del día. Reconócelo, no arreglarás nada en tu cama pensando en lo mal que has hecho algo. Según dicen los expertos, soñamos con lo último que pensamos antes de dormirnos. Pensar en lo positivo, en lo que te apetece hacer mañana, te ayudará a dormir bien y empezar mejor el día.

En lugar de contar ovejas o problemas, cuenta tus pequeños éxitos diarios, los días que faltan para tu próximo viaje y lo que te gustaría hacer el siguiente fin de semana. Tampoco arreglarás nada en ese momento, pero tu mente dormirá más relajada. Ya solventaremos los obstáculos cuando estemos activos y llenos de energía al día siguiente.


 4. Conoce nueva gente

Apúntate a alguna asociación, no hace falta que vayas cada semana, pero en tu ciudad está lleno de organizaciones y clubs de gente que comparte mismos intereses y que se reúnen periódicamente: clases de ioga o baile, asociaciones que organizan conferencias, clubs de lectura o de cinéfilos, eventos de gente con intereses comunes…

Está lleno de actividades que se organizan al acabar tu trabajo que te permitirán incrementar tu círculo de amistades y ampliar tus conocimientos con nuevas opiniones.


 5. Organiza tus próximas actividades

No dejes que los demás te llenen tu vida con sus preferencias. Los momentos en los que creas que no puedes hacer absolutamente nada productivo, aprovéchalos para pensar en lo que quieres hacer el siguiente rato libre, que no tengas ni un minuto de aburrimiento. O estás actuando o estás pensando en cómo actuarás la próxima vez que el trabajo no ocupe tu tiempo.

Habrá obstáculos y algún imprevisto que no te permitan hacer lo que querías, pero al menos habrás ocupado tu tiempo de cena descongelada y tele pensando en lo que hubieses hecho y, créeme, la sensación de anticipar los momentos felices hace más llevadero el tiempo hasta que llega.


 6. Busca el lado positivo

Los problemas surgen sin que uno los desee. ¿Que hay un atasco llegando al trabajo? Ponte ese CD de hace varios veranos y recuerda lo bien que lo pasaste con esas canciones. ¿Tu jefe te ha contestado mal? No dejes que su carácter pueda contigo, en el fondo él es quien se siente mal con su personalidad. Tómate con buen humor los problemas y encara tus esfuerzos en solventarlos de la mejor manera.

No envidies ni te defraudes por haber fallado en el trabajo. Las cosas con buen humor salen mejor y, normalmente, se agradecen más. Si algo inevitablemente tenía que salir mal, que al menos sea con la mejor cara posible y la mejor voluntad que puedas ponerle.

Nadie puede confiar más en ti que tú mismo, así que empieza por cambiar tu rutina y créate buenos momentos tantas veces como puedas, que llegue la noche y digas: “hoy me lo he pasado bien, pero mañana va a ser aún mejor”.

Nota aclaratoria: cumplir estos 6 pasos dará lugar a una nueva rutina, pero esta vez la sensación será positiva y no entrarás a leer un artículo así.

 

Crédito de la foto: tumblr.com