Está claro que, en la coyuntura económica que nos ha tocado vivir a los mileniales crisis, paro, deuda basura, producir los suficientes ingresos como para ahorrar o invertir parece una auténtica utopía. Sin embargo, hay personas que, aún habiendo comenzado su vida laboral con curros denigrantes, han sido capaces no solo de ahorrar sino de reinvertir ese dinero, conseguir un aumento y situarse en lo alto de la pirámide del éxito.
Un artículo de Mic Network ha recopilado varios estudios que analizan los factores que podrían determinar si eres o no uno de esos seres humanos privilegiados que tienen todas las papeletas para acabar montados en el dólar. El procedimiento para salir de dudas es de lo más simple: tres preguntas que deberás hacerte a ti mismo y que, una vez respondidas, te harán darte cuenta de aquellos detalles de tu personalidad que deberás pulir para forrarte en esta vida.
¿Eres amante del riesgo?
Es la primera de las incómodas preguntas que se plantean en el artículo. Para ello, echan mano de un estudio publicado en la revista Science Advances and Nature Human Behaviour en el que se sometió a varias personas a 39 evaluaciones para medir su tolerancia al riesgo durante seis meses. Pasado ese tiempo, se comprobó si estos individuos habían aumentado su tolerancia al riesgo o no.
“Al igual que existe un promedio con la inteligencia, también hay un promedio en la predisposición a tomar riesgos”, explicó el autor del estudio, Renato Frey, que asoció esa tendencia a asumir riesgos a las personas más inteligentes y, por tanto, exitosas. Aun así, un estudio de la Wells Fargo determinó que el 53% de los mileniales de Estados Unidos jamás invertirían un dólar en bolsa aún sabiendo que obtendrán beneficios por lo que, argumentan en Mic Network, las personas atrevidas siempre serán una minoría.
¿Ahorras o despilfarras?
Muy relacionado con la primera pregunta, el estudio llevado a cabo por el Massachusetts Institute of Technology Estados Unidos sobre 29.000 personas que estaban pagando una vivienda determinó que aquellos que tenían parte de sus ahorros en metálico eran tres veces más propensos a gastarlo que aquellos que preferían guardarlo íntegramente en sus cuentas bancarias.
Por tanto, el perfil de ahorrador o derrochador venía prácticamente determinado por la manera en la que las personas preferían guardar sus salarios. Es decir, la gente ya sabía si lo iba a gastar o ahorrarlo antes incluso de recibirlo por lo que concluyeron que ser ahorrador o no es una parte intrínseca de la personalidad. Así que a estas alturas ya deberías saber si eres de unos o de otros y tomar medidas al respecto para aumentar tus posibilidades de éxito.
¿Qué tal tu autoestima?
Quizás la pregunta más importante de las tres. Aunque el narcisismo no sea una de las características más deseables para una persona, un estudio llevado a cabo en 2014 por científicos de la University of British Columbia Canadá demostró que las personas narcisistas realizan mejores entrevistas de trabajo y, por tanto, consiguen mejores puestos de trabajo.
Esto se debería a su preferencia por hablar positivamente sobre sus habilidades, sentido del humor descontado, su facilidad para mantener el contacto ocular y, lo más importante, atreverse a preguntar. Pero antes de desesperarte ante semejante panorama, según Mic Network, puedes trabajar tus habilidades en el lenguaje no verbal para copiar esta conducta sin caer en el fallo del narcisismo.
Es posible que después de preguntarte estas tres cuestiones no tengas muy claro si finalmente serás una persona exitosa en el ámbito laboral y económico, claro o si continuarás en la senda del ‘ir tirando’. Sin embargo, podrán servirte como una referencia para analizar qué factores deberías trabajar para estar dispuesto a seguir mejorando o no. Al final, y más allá de la suerte, el éxito o el fracaso depende de tus ganas de intentarlo.