¿Son tan sanos como dicen los alimentos integrales?

Ser capaces de distinguir lo integral entre la gran marea de manipulaciones de la industria es muy importante para nuestra salud

¿Que quieres adelgazar? Consume alimentos integrales. ¿Que quieres estar sano más sano que un roble? También, consume alimentos integrales. ¿Qué quieres alcanzar un coeficiente intelectual de 180? Quién sabe, tú consume alimentos integrales y ya se verá. Porque es uno de los grandes lemas de la literatura nutricional, de los entrenadores deportivos y del ‘jipismo’ alimentario. Ninguna dieta parece del todo healthy si no incluye unos cuantos alimentos integrales aquí o allá. Y, aunque hemos investigado con el objetivo de bajarlos del pedestal, lo cierto es que se merecen estar ahí.

"Los alimentos integrales aportan mucha fibra. Esto nos ayuda en la regulación de nuestro sistema digestivo, en la regulación del colesterol, en la regulación de los triglicéridos y en el mantenimiento de los picos de glucosa en sangre en niveles más estables, algo muy beneficioso para quienes sufren diabetes. Pero, además de eso, también nos aportan minerales como el magnesio, el fósforo o el potasio, y vitaminas, especialmente del grupo B", explica por teléfono la dietista-nutricionista Sara Martínez, de la clínica Alimmenta.

¿Pero de dónde sale tanto nutriente? Muy sencillo. Según cuenta la especialista, los alimentos derivados de cereales integrales mantienen las tres partes que conforman la semilla intacta: el endospermo, el germen y el salvado. "Pero cuando sufren un proceso de refinado se les quita la capa externa, que son el salvado y parte del germen. Ahí se encuentra la mayor parte de la fibra del cereal y otros nutrientes. Por ejemplo, alimentos como la pasta integral o el arroz integral son bastantes ricos en hierro, pero cuando se refinan lo pierden casi todo", añade.

Nutricionismo aparte, es muy probable que la confirmación o refutación que llevas esperando tres párrafos tenga que ver con la famosa afirmación de que los alimentos integrales adelganzan. Así, como por arte de magia. Y la respuesta es no, aunque con matices, como desarrolla Sara: "Un alimento integral tiene aproximadamente las mismas calorías que el mismo alimento refinado. La clave está, sin embargo, en que el alimento integral tiene más del doble de fibra. Y este carbohidrato es muy saciante, por lo que viene muy bien para quienes desean perder peso".

O sea que sí, que comer alimentos integrales es buenísimo si quieres estar sano y mantenerte en un peso recomendable. Tanta gente no podía estar equivocada. El problema, sin embargo, es que la etiqueta integral puede resultar muy engañosa en las estanterías de los supermercados. La ley de etiquetado nutricional española permite que se denomine como integrales a determinados productos por el mero hecho de contener más fibra de lo normal. No utilizan el cereal integral, sino refinado, pero le añaden algo de harina integral o salvado posteriormente.

Pero esto no pasa solo con el arroz, la pasta o el pan. También ocurre con productos mucho menos saludables como los dulces. "Es típico de ver cómo la industria alimentaria crea magdalenas integrales o galletas integrales. Lo que han hecho es añadir un porcentaje de harina integral, pero sigue llevando los mismos aditivos, las mismas grasas saturadas y los mismos azúcares que una magdalena o galleta normal. Son productos que no deberíamos añadir si queremos practicar una dieta saludable", cuenta la nutricionista.

La clave para que no te la cuelen pasa por no fiarse de las grandes etiquetas del envase y acudir directamente al etiquetado nutricional, como recomienda la endrocrina y nutricionista Teresa Lajo en su web. Según la experta, para que el pan sea integral debe superar el 75% de harina de trigo integral entre sus ingredientes, mientras que para que la pasta lo sea debe contener sémola de trigo duro integral 100%. Por su parte, explica, el llamado arroz integral suele serlo sin engaños. Todo esto nos ayuda a diferenciar los productos altos en fibra de los integrales de verdad.

Ser capaces de distinguir lo integral entre la gran marea de manipulaciones de la industria es muy importante para nuestra salud, ya que así podremos beneficiarnos realmente de las grandes ventajas que ofrecen estos alimentos. Pero, aunque los profesionales como Sara recomiendan "que se prioricen los integrales", tampoco es necesario "volverse locos ni obsesionarse por todo lo integral". Porque incluso alimentos tan saludables como estos pueden provocar efectos negativos si no se consumen con moderación.

"No todos los alimentos ricos en fibra son integrales, pero los alimentos integrales son muy ricos en fibra, como ya hemos dicho. Y hay determinados tipos de fibra que impiden que metales como el hierro o el calcio se absorban igual, ya que los arrastran por los intestinos hasta ser eliminados", explica la experta de Alimmenta. Al final, el secreto más antiguo y eficaz para tu salud pasa siempre por una distribución equilibrada de nutrientes. Que no falten los integrales en tu plan semanal. Pero asegúrate de que lo sean realmente.