La realidad de cómo afectan los antidepresivos a tu deseo sexual

Los antidepresivos pueden afectar a tu deseo sexual, pero tiene solución. No te dejes atemorizar por este efecto secundario y consulta con tu médico.

Si estás pasando por una mala época y te han aconsejado tomar antidepresivos, no debes dejarte llevar por los mitos que estas pastillas traen consigo desde que empezaron a comercializarse a finales de los años 50. Que te atontan o te producen felicidad extrema son algunas de las cosas que se oyen, pero lo que preocupa a muchas personas es cómo afectará tomarlas a tu libido y tus relaciones sexuales.

En este sentido –como en casi todo lo que concierne a la sexualidad– existe todavía mucha desinformación y alarmismo, por lo que hemos acudido a un especialista para borrar tabúes y evitar que muchas personas que necesitan ayuda emocional eviten esta opción por miedo a caer en disfunciones sexuales.

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Empecemos por el principio, ¿qué pasa en tu cabeza cuando aparece la depresión? "Hoy en día sabemos que el origen de los trastornos depresivos y de ansiedad se encuentra en la alteración de los sistemas de neurotransmisores del cerebro, como el de serotonina, dopamina o noradrenalina las substancias que comunican neuronas", explica el Jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona,aparece la depresión

Precisamente por eso, los antidepresivos se recetan para suplir la falta de estas substancias y son tremendamente efectivos. Sin embargo, también es cierto que tienen efectos secundarios que, en cualquier caso, son menores respecto al bien que terminan por producir al paciente. Apatía, sueño o insomnio, aumento de peso o alteraciones sexuales diversas.

"Hace dos o tres años empecé a tomar Alprazolam, que, si no me equivoco, es un genérico del Xanax o el Trankimazin. Me sentía frustrada con prácticamente todo lo que hacía en mi vida: con mi trabajo, mi carrera, mi vida personal, pero sobre todo conmigo misma... ", relata Sonia F., una barcelonesa de 25 años.

Al igual que otros muchos jóvenes de toda España, Sonia lleva casi toda su veintena pasando, a etapas, por una depresión que rige su vida y que también sufrió los efectos secundarios de los antidepresivos que la ayudaron a mejorar. "Al principio, las pastillas me hacían sentir apática. No podía reír ni podía llorar, era muy extraño. Poco a poco, cuando mi cuerpo se fue acostumbrando volví un poco a la normalidad emocional", cuenta por teléfono.

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Con timidez, confiesa que ella tampoco fue ajena a las consecuencias sobre su libido: "No tenía muchas ganas de tener relaciones, pero asocié a mi estado emocional, estaba muy triste. Poco a poco me fui acostumbrando y volví a tener apetito sexual, pero después empecé a notar que no podía llegar al orgasmo cuando me acostaba con mi pareja. Me costaba mucho y me frustraba bastante. Pero pensé que probablemente sería otro síntoma más que acabaría por pasarse, por eso no llegué a comentárselo a mi médico. Y así fue, en un mes o dos volví a la normalidad sexualmente hablando".

Y es que los efectos secundarios de tipo sexual no suelen ser permanentes y, si llegaran a serlo, existen alternativas médicas que no deben desanimar al tratamiento."En general, los antidepresivos que pueden tener efectos secundario de tipo sexual son aquellos que tienen una actividad sobre el sistema de neurotransmisión serotoninérgica de serotonina y afectan a los receptores 2 y 3. Los pacientes pueden notan un descenso de su libido y dificultades para llegar al orgasmo, en las mujeres, y erecciones más débiles y un retraso de la eyaculación en los hombres. De hecho, a menudo utilizamos este tipo de antidepresivos en casos de eyaculación precoz", especifica el Doctor Ramos-Quiroga.

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Eso sí, ¿esto afecta a todas las personas que toman este tipo de antidepresivos? "No, pasa aproximadamente en el 40% de los pacientes, una cifra que sigue siendo alta, pero completamente remediable", dice el psiquiatra. De hecho, existen tratamientos complementarios y/o alternativos para que no se abandone la medicación y, a largo plazo, los pacientes terminen recayendo en su trastorno o, en los casos más graves, suicidándose.

Por eso, el doctor Ramos insta a los pacientes a hablar con su médico para poder reconducir el problema. "Nuestra responsabilidad es la de informar al paciente de que pueden aparecer esos síntomas y animarles a que nos informen si les está sucediendo algo de tipo sexual después de empezar el tratamiento, porque hay alternativas para mejorarlo", indica.

Debido a que las personas con trastornos de ansiedad, pánico o depresión necesitan continuar su tratamiento aun después de haber mejorado y evitar así recaídas, informar sobre estos efectos secundarios es más vital que nunca. No hacerlo puede llevar al paciente a desesperarse e incluso a malentendidos en su relación de pareja. Debes saber que hay muchas formas de resolver este pequeño tropiezo que se ha cruzado en tu camino mayor. Por eso, si te topas con él, mantén la calma y habla con tu médico para volver a la senda.