Durante varios cientos de miles de años, lxs homo sapiens cuyas características eran más productivas para la supervivencia fueron retozando entre ellos hasta llegar, en una cadena específica de reproducción, a ti. Pero en los últimos miles de años nuestro entorno ha cambiado brutalmente. Hoy vives con excedente calórico y la posibilidad de comer alimentos inventados con niveles de azúcar exagerados. Nuestra biología no está preparada y sufrimos las consecuencias. ¿Pero sabes qué otra cosa podemos hacer en la actualidad y no estamos genéticamente predispuestos a hacer? Comer con mucha frecuencia.
Hasta ahora todo pasaba por las calorías y los macronutrientes. Habría bastado con que comieras proteínas, carbohidratos de bajo índice glucémico, grasas saludables y nada de azúcares refinados en unas cantidades proporcionales a lo que tu organismo necesita. Sin embargo, y según una nueva investigación publicada en el medio especializado Endocrine Reviews, de la cual se hace eco Inverse, ahora deberías tener en cuenta un nuevo hallazgo: "que la proporción áurea entre el tiempo dedicado a comer y el tiempo dedicado al ayuno es de 8 a 16 horas". Sí, has leído bien: dieciséis horas seguidas sin comer.
Y no es ninguna tortura. Tu organismo está biológicamente preparado para pasar largos periodos sin comer. Solo tienes que estar dos horas sin comer antes de dormir, descansar ocho horas y, una vez despiertx, estar otras seis horas sin tomar nada hasta pegarte un buen almuerzo. ¿Pero hay alguna razón para estas cuentas matemáticas del buen comer más allá del encajar en el arquetipo prehistórico del homo sapiens? Claro que lo hay. Como detalle el paper del estudio, este hábito produce una "reducción del riesgo de obesidad, de diabetes, de enfermedades cardiovasculares y de enfermedades crónicas".
¿Pero por qué? Existen varios motivos y el primero de ellos tiene que ver con tus células. Estas unidades sin las cuales no existirías hacen muchísimas cosas para ti. Entre otras cosas, procesar alimentos. Y si consumes comida cada hora del día estás obligándolas a dedicarse full time a esta tarea. No podrán ponerse manos a la obra para descomponer toxinas innecesarias o para reparar el daño provocado sobre su ADN. Por otro lado, dicen desde Inverse, "al no comer durante 14 a 16 horas le das a tu cuerpo la oportunidad de usar la glucosa que acumuló la última vez que comiste sin tener que procesar otra carga".
Esto disminuye la cantidad de tiempo que hay altos niveles de azúcar en nuestra sangre, lo cual es esencial a la hora de prevenir la diabetes y otras afecciones. Y, en tercer lugar y por último, comer frecuentemente produce un "aumento de la inflamación y de las reservas de grasa", según la líder de la investigación, Emily Manoogian. En general, una modificación de los ritmos circadianos naturales, lo cual se relaciona con la depresión, el trastorno bipolar y otros trastornos mentales. Según la experta, este comportamiento altera tu reloj circadiano incluso más intensamente que dormir mal. Quizá sea hora de tomar medidas.