La ceguera del adolescente que solo comía patatas debería hacernos reflexionar

Una dieta a base de patatas fritas ha provocado que un joven británico desarrolle una enfermedad típica de zonas de guerra y en España el 35% de los niños tienen sobrepeso

El caso es extremo: un chaval de 17 años se ha alimentado a base de patatas fritas, Pringles e ingestas esporádicas de jamón o salchichas desde el colegio. Ahora, los médicos le han detectado un tipo de ceguera más típica de zonas de guerra que de países pacíficos desarrollados como Reino Unido. Rarísimo, pero han concluido que la enfermedad se debe a su pésima alimentación y eso da que pensar, porque no desarrollamos hábitos alimenticios sanos, precisamente.

Este joven, que no ha querido dar su nombre, visitó a su médico de cabecera a los 14 años porque se sentía decaído y le diagnosticaron deficiencia de vitamina B12, pero no hizo caso de las recomendaciones, según la BBC, y ha acabado empeorando. A los 15 había notado pérdida de oído y ahora ha perdido casi la totalidad de su visión.  Su caso aparece en el Annals of Internal Medicine, una publicación del Colegio de Médicos estadounidense, y se estudia porque la neuropatía óptica nutricional que le diagnosticaron está relacionada con la hambruna, la falta de algunas vitaminas o minerales de las dietas de quienes no han tenido acceso a una dieta equilibrada durante mucho tiempo.

La enfermedad se puede tratar si hay un diagnóstico temprano, pero una vez los nervios se han erosionado, es irreversible. Él no parecía tener un problema aparente porque no tenía ni sobrepeso ni peso más bajo de lo normal, pero sufría una desnutrición grave.

Durante las consultas, el chico había explicado que tiene "un rechazo a ciertas texturas de alimentos que no podía tolerar, por lo que las papas fritas era realmente el único tipo de alimento que quería y sentía que podía comer", le explicó su doctora a la cadena británica, "había perdido minerales de sus huesos, lo cual es realmente impactante para una persona de su edad". En conclusión: ya no puede conducir, ver televisión o leer, aunque puede caminar por sus propios medios.

Heridas de guerra

La pérdida de visión por una mala alimentación no es nueva, según explica Iverse. La neuropatía óptica nutricional es habitual en zonas de guerra en temporadas de hambruna, cuando el nervio óptico se degrada por la falta de vitaminas. Este no suele ser el problema en países ricos, donde la gente, aunque tenga falta de algunos elementos, ingiere dietas ricas en energía. En este caso, el problema se deriva de otras enfermedades que bloquean la absorción de vitaminas.

Aunque es raro, este caso nos recuerda que el 35% de los niños y adolescentes españoles tienen obesidad o sobrepeso, según el último estudio de la Gasol Foundation, impulsada por la estrella de la NBA Pau Gasol, que quiere implementar un programa para mejorar la alimentación de los menores. España ya es el segundo país de Europa con más sobrepeso, después de Reino Unido. El mismo informe asegura que dos de cada tres menores no hacen una hora al día de ejercicio físico, como recomiendan los expertos. Un caso extremo como el del joven inglés nos recuerda lo importante que es preocuparse por lo que comemos cada día, porque aunque no lo veamos, la comida basura nos perjudica poco a poco.