Por qué los antinutrientes no son el enemigo de tu dieta

Aunque impidan la absorción de determinados nutrientes, lo cierto es que los beneficios que aportan son muy superiores a las desventajas. 

Antinutriente es una palabra muy poderosa. Probablemente traslade tu mente directamente a comidas muy poco recomendables como los alimentos ultraprocesados y demás mierdas modernas tan alejadas de lo que verdaderamente deberíamos comer. Sin embargo, los antinutrientes esconden un secreto: se encuentran de hecho en los alimentos más saludables que tenemos a nuestra disposición, como son las verduras, las frutas o las legumbres. De hecho esconden otro: son beneficiosos para la salud siempre que no sean consumidos en exceso. De lo contrario no podríamos comer nada y ultraprocesados

La naturaleza es sabia. No en vano, y como explican desde Science Alert, "las plantas desarrollaron estos compuestos como mecanismo de defensa contra insectos, parásitos, bacterias y hongos", puesto que algunos de ellos pueden proporcionarle al alimento un sabor amargo poco apetitoso para estos seres vivos, mientras que otros "bloquean la digestión de las semillas que se comen" para que estos seres defequen las semillas intactas y continúe la propagación de la planta. Estrategias evolutivas que han perdurado hasta hoy y que tienen una traducción clave en nuestra nutrición: los antinutrientes anulan a los nutrientes.

¿Pero cómo lo hacen? Muy sencillo. En palabras de Jill Joyce, investigador en nutrición, los antinutrientes de los alimentos vegetales y animales "bloquean o interfieren con la forma en que nuestro organismo absorbe otros nutrientes del intestino hacia el torrente sanguíneo para que podamos usarlos". Dicho de otro modo, y para que nos entendamos, los antinutrientes pueden reducir la cantidad de nutrientes que obtenemos de los alimentos, especialmente de minerales fundamentales para nuestro cuerpo como el calcio, el hierro, el potasio, el magnesio o el zinc. Y eso es un problema, claro. Comer para nada es tontería.

Pero tranquilx porque los efectos bloqueadores de los antinutrientes solo son significativos si consumimos una cantidad desorbitada de los alimentos más ricos en ellos como las legumbres o los cereales. Algo que el especialista Joyce considera "poco realista". Además, y como apuntábamos al inicio de este artículo, muchos de ellos son realmente beneficiosos para nuestra salud. "Las saponinas, comunes en las legumbres, son capaces de estimular el sistema inmunológico, reducir el riesgo de cáncer, reducir el colesterol malo o disminuir la respuesta del azúcar en sangre a los alimentos", dice este investigador.

Pero son solo uno de los antinutrientes más comunes. "Las lectinas estás asociadas con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, algunos cáncer y sobrepeso u obesidad", los taninos son uno de los mayores antioxidantes naturales que hay y los fitatos reducen la propagación de células cancerosas. Y son solo algunos de muchos. En general, "al comparar los beneficios con los inconvenientes, los pros de los antinutrientes superan a los contras". Así que, pese a estos componentes, las dietas saludables basadas en cereales integrales, legumbres, verduras y frutas siguen siendo sanísimas. Solo hay que equilibrar.