Poliamor: desmontando el mito de las relaciones monógamas

Este amor es resetear tu idea tradicional de amar y ser amado. Es unirse contra todo pronóstico y vivir en el zen de compartirte y disfrutarte en un sinfín de relaciones.

Dejadme que os cuente una historia diferente de amor

Esta historia se llama poliamor y no tiene un príncipe azul ni princesas esperando en una torre a que las rescaten. Esta historia está llena de gente, personas libres que se sienten emocionalmente capaces de relacionarse de forma íntima, amorosa y sexual con varias personas de manera simultánea.

Puede que os suene de algo, puede que os recuerde a los míticos y ya tan demodé cuernos. Sin embargo, este amor mejora el fracasado concepto, transformándolo en legítimo ya que quién lo practica cuenta con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los amores involucrados.


Sí, existe esa opción que siempre habías creído utópica

Y tiene un nombre: Poliamor. Los Poliamorosos son personas normales como tú y como yo, excepto por una pequeña y minúscula diferencia de llamémoslo genética o mindset, que les otorga el beneficio de vivir continuamente en un harén. En una no-monogamia consensual, ética y responsable. No se trata de ser canalla, ni de fundirte con tu pareja en una pequeña supernova; olvídate. Se trata de amar armándote de valor para atreverte a desgranarte en mil pedazos y poder disfrutar de compartirlos con quién te apetezca; que recordemos, lo acepta y lo consiente.

Es un billete para decir basta al "¿sí o no?" "¿él o ella?" "¿ahora o nunca?" con destino al edén, en el que vas a darte permiso a todo y a destruir el ‘nada’.


El flirting-free, el Nirvana, ¿el paraíso?

Amor libre, sin celos, sin inseguridades, sin egos. Este amor es resetear tu idea tradicional de amar y ser amado. Es unirse contra todo pronóstico y vivir en el zen de compartirte y disfrutarte en un sinfín de relaciones. Es aprender a construir sin que duela y sin que escueza.

Recomendable para aptos a la adrenalina, tolerantes y excépticos. Porque para que nos vamos a engañar ¿quién en su sano juicio va a creer que se puede tener más de una relación sentimental si siempre nos han dicho que nacemos destinados a encontrar a nuestra media naranja? ¿De verdad crees que estás destinado a encontrar un amor único y puro que no esté contaminado de viejas heridas que limpiar constantemente? ¿que no diga a gritos ¡recíclame!? Ah sí, quizá sea más hercúleo que te encarceles toda la vida hasta que la muerte os separe. Sin embargo en tu ‘yo’ más interno, tímido e irreconocible ¿no ansías cuanto menos, a intentarlo?


Esto es para quién tiene hambre de vida

No es buscar lo que te falta sino quitar lo que te sobra, libertad sin comisiones de ese ‘tipo’ de interés tan alto que pagamos sin preocuparnos qué otras opciones hay y qué bien estaríamos si dejásemos a un lado los tradicionalismos que encorsetan el mundo un tanto infestado del amor.

Aquí no hay espacio para reglas, pero sí amparo para el buen funcionamiento de la relación en grupo. La polifidelidad involucra a múltiples relaciones románticas donde el contacto sexual se restringe a los miembros específicos del grupo. Pero no por esto penséis que entras a formar parte de un club exclusivo de citas en el que tienes la Gold Card y tienes acceso a una minoría selecta. No. El poliamoroso en su infinita e inmensa gracia también concibe las relaciones Mono-Poliamorosas, donde uno de los integrantes es monógamo pero acepta que el otro no lo sea y sostenga relaciones externas.


 ¿Y cómo funciona el poliamor?

El amor libre es eso, libre. Coqueto, insinuante, juguetón y seductor. El amor libre te salva la vida concebido desde el respeto y la igualdad. Sin embargo no todos estamos preparados para sentir más, querer más o follar más. Ni todos entendemos el Poliamor como el Súmmum a nuestro pequeño y frágil corazoncito, porque quizá practicarlo abre puertas a algo desconocido, misterioso y tentador pero que por ahora es mejor dejar cerradas. Tómate tu tiempo, que es tuyo y de nadie más. Y date permiso a vivir la vida sentimental que quieras sin que tengas que someterte a juicio, aquí tú y solo tú eres el juez. Lo bueno de todo esto es que el abanico de las relaciones personales cada día nos brinda nuevas y mejores opciones para que todos podamos querer a nuestra manera, y eso es maravilloso.