Este puede ser el motivo por el que ya no tienes sexo con tu pareja

Si lleváis una temporada sin ganas de tener relaciones sexuales pero lo demás funciona, planteaos que la causa sea el trabajo

Llevas una época de sequía con tu pareja, pero tampoco sabes detectar bien por qué, no discutáis mucho. A lo sumo acabáis todos los findes igual: salís a cenar, y puede que después, si no caéis dormidos, acabéis follando. Nada comparable a cuando empezasteis que daba igual si era lunes, jueves o domingo. Ahora bien, si el principal motivo para no follar es el cansancio, o porque que al día siguiente tienes que madrugar para estar a las ocho de la mañana en la oficina, plantéate la posibilidad de que sea culpa del curro. Aunque sueñe a chiste, el trabajo puede rebajar e incluso eliminar el deseo sexual.

Para empezar, el trabajo es una de las principales fuentes de estrés y preocupación en nuestro día a día. Por no hablar que en nuestra generación la temporalidad y la precariedad no ayudan demasiado. Estar pendiente cada tres meses de si te renovaran o no, o estar tirando currículums constantemente “por si a caso” no es que ayude mucho a estar en el mood para follar. De hecho, cuando piensas en ello lo único que se te enciende son las ganas de ir a quemar cajeros automáticos.

El deseo tampoco es que sea un botoncito de “on” y “off”. La psicóloga Diana Lozano explicaba a El País que se trata de un proceso en constante evolución, que va fluyendo en consonancia con tu situación. “En función del momento vital, de las circunstancias en las que nos movemos podemos tener moduladores al alza o a la baja”. Cuándo hablamos de moduladores nos referimos a contextos concretos, por ejemplo, estar enamorado es un modulador al alza especialmente al inicio de la relación, en cambio, el estrés es un modulador a la baja. 

Sumado a esto, uno de los grandes errores y problemas es la comparación. Estar comparando constantemente la situación actual con los primeros encuentros sexuales, marcados por la fogosidad y la novedad, lo único que generará es aumentar la frustración y la presión. Emociones, que al igual que el estrés, funcionan como moduladores a la baja. En la gran mayoría de casos las expectativas solo ayudarán aumentar la bola y hacer que te rayes más.

Otro elemento que puede ayudar es dejar de lado la obsesión con el coito, es decir, dejar de atrás la obsesión por llegar al orgasmo y disfrutar de los besos y caricias. Vamos, centrarte en lo que malamente se llaman los “preliminares”. Sin darte cuenta estarás disfrutando mucho más de la situación y tu mente poco a poco irá fluyendo. Centrarte en la respiración, el tacto de la piel de la otra persona, en su olor o en como te toca ayudará también a que te relajes. 

Por último también hay que tener en cuenta que hay momentos en que realmente el sexo no tiene por qué ser lo principal, especialmente si tu pareja o tu estáis pasando por una muy mala racha. Que estéis unos meses sin follar o follando muy poco por qué uno de los dos está angustiado porque no encuentra trabajo es normal y no debéis presionaros. Esta bien intentarlo, pero también naturalicemos que para ser una buena pareja no hay que cumplir con un mínimo de polvos por semana.