Cómo detectar a un 'calientabragas': Manual de combate y derribo

Aunque la RAE no diga nada sobre ellos, el 'calientabragas' existe y a todas nos ha hecho perder tiempo y orgasmos alguna vez

Crédito de la imagen: Alberto Polo 

Desde que éramos adolescentes escuchamos hablar de que esa chica o la otra es una 'calientabraguetas', porque tontean, calientan y cuando llega el momento de que la cosa vaya a más no completan la jugada. Pero, de hecho, existe un versión masculina de la también conocida como 'calientapollas', aunque el lenguaje esté tan sexualizado que parezca que solo existan ‘ellas’ y hasta el corrector de Word señale como error cuando escribo la palabra ‘calientabragas’ y, por qué no, ‘calientacoños’. Y los hay a pares, tantos que incluso se dividen en dos tipos: los ‘classic’ –como las motos y las hamburguesas— y los 'emocionales', que son más peligrosos porque no solo te hacen perder el tiempo y los orgasmos, sino el equilibrio mental.

"Me abrazaba y me decía que ‘era el amor de su vida’, pero al día siguiente colgaba una foto de su novia y él en el Facebook".

Clara tuvo que enfrentarse hace unos años a uno de estos Romeos de la vida que siempre tienen una Julieta que les espera en casa, y al final casi deseó tirarse ella por el balcón: “Cuando estudiaba en la universidad conocí a un chico. Yo acababa de cortar con mi novio y él tenía pareja, pero siempre me estaba llamando y escribiendo mensajes en los que me decía que yo era la mujer de su vida y cosas súper bonitas, y empezamos a vernos. Nunca pasaba nada, me abrazaba y me decía que ‘era el amor de su vida’, pero al día siguiente colgaba una foto de su novia y él en el Facebook. Terminé por darme cuenta de que no la dejaría nunca y pasé de él, aunque todavía hoy sigue enviándome parrafadas por Whatsapp que nunca contesto y ya tiene incluso un hijo. Eso es, en mi opinión, un pajillero emocional”, confiesa.

Narcisistas con pareja

En el caso de Greta, el 'calientabragas' era uno de sus mejores amigos: “Estuvimos en el mismo círculo de amistades durante años, pero cuando tuve graves problemas con un tío que me rompió el corazón, él apareció para consolarme y me noté tan apoyada que nos hicimos –o eso creía— buenos amigos. Él tenía novia desde hace tiempo pero un buen día se declaró y me dijo que llevaba años enamorado de mí en secreto, pero que no quería nada más que informarme. Yo contesté que era recíproco y entonces empezó a armarse un lío increíble. Me dijo que no podía dejar a su novia todavía, que le esperase, pero era mentira. No la abandonaría nunca porque lo que quería era tener a alguien que le diera esa ‘chispa’ rollo amor clandestino. Muy adolescente todo y muy doloroso”.

De acuerdo a la psicóloga Isabel Moreno, lo único que mueve a los 'calientabragas' es el juego de seducción: “Suelen ser narcisistas que aunque aparenten mucha seguridad, necesitan gustar a otros para aumentar su autoestima. Muchos de ellos tienen pareja estable, pero quieren sentirse en el mercado y, aunque pueden llegar a algo más contigo, nunca van a comprometerse del todo”, explica la psicóloga.

El abc de un pajillero de manual

No es fácil detectar a un 'calientabragas', sobre todo, porque que una persona te adule y esté pendiente de ti no quiere decir que busque aumentar su autoestima o divertirse a tu costa. La mejor guía la mayoría de las veces es mirarse primero uno mismo, ver cómo te hace sentir esa persona y si colma tus expectativas y necesidades, nos recuerda la psicóloga.

Pero como mujer precavida vale por dos, hemos preguntado a Isabel Moreno qué señales son las más habituales para reconocer a un patrón de hombre abiertamente ‘calientacoños’ sí, RAE, toma nota. Y esto es lo que nos ha dicho:

1. Son personas muy aduladoras que siempre te dicen lo que quieres oír, pero no escuchan lo que dices.

Resultado de imagen de gif flirting

2. Se comportan de forma incoherente. Puede que por Whatsapp te digan que quieren verte y luego, cuando les propones quedar, se echan para atrás.

Resultado de imagen de gif american horror story

3. Y de la mano de la anterior, lo que tú les pides y necesitas nunca se traduce en realidades. Jamás ceden de manera genuina.

Imagen relacionada

Ándate con ojo, porque si ya has caído unas cuantas veces en el mismo pedrusco, puede que vuelva a ocurrirte. La manera de evitarlo, además de tener en cuenta las señales anteriores, es ser muy honesta contigo misma y tratar de identificar, apunta Moreno, qué hay en ti que atraiga a este tipo de hombres. “Muchas personas reproducen constantemente el mismo tipo de relaciones y deberían pararse a pensar qué están poniendo de su parte, por qué siempre acaban con patrones similares de hombre”.

Y sobre todo, no te precipites. Hay relaciones difíciles que se resuelven favorablemente y otras que están condenadas al fracaso. Si el tiempo pone a cada cual en su lugar, tarde o temprano le dirás a tu 'calientabragas' de turno que se vaya a donde él ya sabe